Ser buena persona

Egoísmo.

La palabra peor entendida del diccionario.

Y la que está más de moda hoy en día.

Estamos jodidos y mucho.

No entendemos las cosas.

Y nos las creemos por la parte peor.

Nos inundan con palabras que nos confunden y nos pensamos que nos motivan.

Tienes que perseguir tus sueños.

Ser buena persona es ser débil.

Tener personalidad es saber decir que no.

El amor empieza por uno mismo.

O pisas o te pisan.

Primero yo y después yo y siempre yo primero.

Autoestima es amor propio, es anteponer tus deseos y necesidades a los ajenos.

Y todo eso cuela.

Cuela.

Y ahora parece ser que quien es bueno es ser débil.

Ahora lo llaman buenismo.

No es atractivo ser bueno.

Se ve que a las chicas no les gustan los chicos buenos, prefieren los malotes.

Y te lo dicen como si fuera lo más normal del mundo.

Y la gente se lo cree.

Nos lo creemos.

Querer que el otro no sufra te hace ante los demás necesitado.

Necesitado de aprobación.

Cuando la única cosa que pretendes es evitar sufrimiento innecesario a los demás.

Confunden bondad con debilidad.

Confunden egoísmo con amor propio.

Confunden autoestima con el primero yo.

Son términos sutiles.

Y como la única cosa que queremos es pensar, nos quedamos con el titular y nos quedamos tan anchos.

Definiciones simples, pero que esconden algo muy tóxico.

Ser buena persona no es bueno.

Ser bueno es ser necesitado.

Ser bueno es querer aprobación.

Ser bueno es ser débil.

Ser bueno es no saber decir que no.

Ser bueno es no saber poner límites.

Y es un error terrible.

Porque nada hay mejor que ser bueno.

Para ti y para el resto de los humanos.

Pero no así.

Y con estos mensajes nos vamos a una sociedad individualista, utilitarista, solitaria y triste.

Porque hay una palabra que define mejor al egoísmo que su propia palabra y es la palabra tristeza.

Nada es más triste que un ser egoísta.

La autoestima es otra cosa.

El amor propio es otra cosa.

Nada que ver con lo que has entendido hasta la fecha.

Mira.

Tú lo que no quieres es sufrir, como yo, como todos.

Y nada hace sufrir más que la tristeza.

Pero con ello no que quiero que confundas tampoco debilidad con bondad, porque no hay nada que sea más valiente que la bondad.

Nada…

Aunque te digan lo contrario.

¿Quieres ser feliz?

Sé buena persona

¿Quieres ser feliz?

Sé generoso.

¿Quieres ser feliz?

Suma en la vida de los demás o vete.

¿Quieres ser feliz?

Sé verdad.

¿Quieres ser feliz?

Necesita poco.

Necesita poco.

Aquí está todo.

Fíjate.

Si desde el necesitar poco eres egoísta, eso sí que vale.

Aquí está la sutilidad del mensaje.

Y en el que nadie se ha fijado.

Si desde el necesitar poco eres egoísta, eso sí que vale.

Vale.

Vale.

Vale.

Si desde el necesitar poco pones límites, eso sí que vale.

Vale.

Vale.

Vale.

Si desde el necesitar poco dices que no, eso sí que vale.

Nada te dará más libertad que el necesitar poco.

Nada te dará más alegría que desde este necesitar poco, priorizarte, anteponer tus necesidades a la de los demás, respetarte a ti antes que a los demás, decir que no si no es bueno para ti.

Pero cuando todo ello lo usamos, desde el todo vale porque yo lo valgo.

Desde lo necesito todo porque soy y debo ser insaciable.

Hemos convertido este mundo en lo que es.

Personas insaciables que en nombre de la autoestima creen que se lo merecen todo porque lo necesitan todo, desde este lugar su único límite es el infinito.

Aquí está el correcto concepto del egoísmo, de la autoestima y del amor propio.

El concepto que te hará feliz.

Porque nada te hace más feliz que sentirte feliz y ver a tu alrededor personas felices.

Y la bondad, la bondad del que desde el necesitar poco no se pisa y se respeta, aunque a alguien le joda.

Parece fácil, pero no lo es pero es posible.