¿Quién soy?

¿Quién soy?

¿Te lo has preguntado alguna vez?

No lo creo, nadie lo hace, porque se piensa que ya lo sabe.

Y es la primera trampa que te pone la vida ante ti.

Hacerte suponer que sabes quién eres.

Y no lo sabes, de saberlo no estarías sufriendo.

¿Por qué nos confundimos y nos alejamos de quiénes somos en realidad?

¿Por qué nos cuesta saber diferenciar entre el ego y nuestra real esencia personal?

El ego en latín significa yo y es el falso concepto de identidad con el que nosotros nos identificamos.

El ego es todo lo que no eres.

El ego es la máscara que te ponías cada mañana cuando salias de casa, año tras año, hasta que a día de hoy has dejado ya de sacártela, ni mientras duermes.

¿Y quién soy yo realmente?

Para entender lo que es el ego debemos remontarnos al momento de nuestro nacimiento:

Al nacer, nos cortan el cordón umbilical, que nos mantenía unidos a nuestra madre y, en este momento, se produce el trauma o la herida de la separación.

El bebé siente un vacío, una desconexión, una herida dolorosa y, para sobrevivir emocionalmente, poco a poco va perdiendo su propia esencia y esta se va recubriendo de capas y capas, que son los valores, modos de pensar, etc., que nuestros padres y entorno familiar y social nos va transmitiendo.

Todo esto es el ego y nos permite sobrevivir emocionalmente en los primeros años de nuestra vida, pero también es lo que te hace sufrir el sentimiento de soledad y la baja autoestima.

Poco a poco, me voy desconectando de mi propia esencia, que es donde está mi felicidad, el bienestar, el amor propio y la sabiduría con la que todos nacemos.

Poco a poco, me voy identificando con ese falso yo, con esas máscaras que poco a poco nos van poniendo nuestros referentes, nuestra escuela, a través de la educación, y nuestro entorno familiar y social nos da un nombre, unos valores, una lengua, etc.

Y nosotros nos vamos identificando de forma inconsciente con todos ellos

Pero en realidad no son nuestra verdadera esencia, sino lo que nuestro entorno ha elegido, por nuestro bien, dicen y creen.

Y tú también lo piensas.

Que yo sea lo que yo he identificado como propio, y he aprendido e interiorizado como tal, es mi ego.

Pero en realidad yo no he elegido ni mi nombre, ni el hecho de ser religioso o no, o el ser fan del tenis o del fútbol, ni la forma en la que hablo, ni mi idioma, ni mi forma de creer, ni de andar, ni mis valores.

Seguramente, si hubiera vivido en otro entorno, mis valores serían distintos y hablaría otro idioma y pensaría de otra manera.

Pero mi verdadera esencia, lo que yo soy, siempre es la misma, y todos la tenemos dentro, la llevamos desde el momento del nacimiento.

Así, poco a poco, se va adoctrinando a ese ego que sigue movido por este trauma de la separación y se va construyendo ese falso personaje.

Ese falso yo, ese ego, de acuerdo con los valores y creencias que me han ido inculcando desde que he nacido.

¿Cómo saber quién soy?

Características de la persona egóica:

Es egóico:

Yo, mi, me, mi…

Siempre quiero que la realidad vaya a mi favor y no me perjudique.

Es victimista.

Siempre culpa a los demás de sus desgracias y una persona egoísta nunca será responsable de su vida.

Siempre querrá que cambie lo de afuera, porque confrontarse con uno mismo, por supuesto, es imposible desde el ego.

Es reactiva.

Una persona conectada con el ego, es esclava de sus propias reacciones emocionales y, por tanto, de sus propias circunstancias.

Desde el ego se forma nuestro lado oscuro:

Nuestros defectos, nuestros miedos, inseguridades, huecos y traumas…

Todo lo que rechazamos y que no nos gusta de nosotros mismos.

El ego siempre quiere más y nos aleja del bienestar y la felicidad, que son nuestra verdadera naturaleza, nuestra esencia.

No sabes quién eres, ni puedes saberlo

¿Es posible conectar con nuestra esencia?

No es fácil, es como aprender una lengua difícil, por ejemplo, el alemán, pero no es imposible.

Requiere esfuerzo, dedicación, compromiso y perseverancia.

Hay que tomar conciencia de si estás conectado con el ego:

Sin conciencia, es imposible el cambio.

Hacerte una serie de preguntas sobre ti mismo te ayudarán a saber en qué sitio estás:

Si estás conectado con el ego o con tu propia esencia.

Por ejemplo:

Necesitas también saber cómo trabajar la autoestima

¿Mis valores son míos o son los que me han dicho?

¿Actúo de acuerdo con mi yo interior o actúo de acuerdo con lo que se espera de mí?

¿Cómo trabajar para averiguar quién eres?

Conectar con tu silencio interior, a través de la meditación, también te ayudará a encontrar tu propia esencia, conectar con tu verdadera naturaleza y con quien realmente eres.

Reconocer y aceptar la realidad es esencial:

Sí, soy egóico y ¿qué?

Tener voluntad de cambio y actuar:

Repasar uno a uno tu sistema de valores y creencias e ir repasándolos y ajustándolos a tu esencia real.

Solo así podrás iniciar el camino al bienestar y la felicidad.