Nos pasamos la vida no queriendo ser rechazados, ⁣ cuando el rechazo es un triunfo

Miedo al rechazo

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La fobia al rechazo

El miedo al abandono

Las relaciones son y serán siempre la principal causa de nuestro sufrimiento, a lo largo de nuestra vida.

Las relaciones serán la causa de los mejores recuerdos y de los peores recuerdos, a causa del miedo a ser rechazado.

Nada nos crea más sentimiento de pobreza emocional que sufrir un rechazo.

Los rechazos sociales

Demasiadas veces estamos en relaciones equivocadas, demasiadas veces nos quedamos en ellas y demasiadas veces nos hemos sentido traicionados, rechazados y abandonados por personas en las que confiábamos y amábamos.

Y debo decirte, que las relaciones nunca han sido la causa de tu sufrimiento, lo que realmente ha causado en ti todo ese sufrimiento, es tu especial manera de entender lo que es el rechazo y el abandono.

Nos pasamos la vida no queriendo ser rechazados.

El miedo al rechazo social es el primer factor que impide alcanzar la vida que deseas.

Nos pasamos la vida, quieren ser apreciados, valorados y reconocidos.

Y por no ser rechazados dejamos de hacer muchas cosas que deberíamos hacer para, precisamente tener más aprobación de la que disfrutamos.

Nada es más normal que ver a un hombre o una mujer dolidos por un rechazo.

Nada es más importante para el ser humano, que el reconocimiento de otros seres humanos, sobre todo de aquellos, que nos gustan, que apreciamos y que amamos.

Y esa necesidad que, desgraciadamente, rara vez se hace realidad, es la causa de nuestras peores miserias.

La psicología del rechazo

por al rebuig

Necesitamos tener éxito en las relaciones.

No soportamos ser rechazados.

Sentirse un rechazado social nos atemoriza.

No soportamos que nos dejen de lado.

No soportamos que nos abandonen…

¿Por qué?

¿Por qué tenemos esta necesidad tan imperiosa en ser queridos que no tenerla nos hace sufrir tanto?

, querer lo que no es, es el problema.

Querer lo que no tenemos es el problema, no aceptar lo que es, es el problema.

Necesitar que otros resuelvan lo que solo tú puedes y deberías resolver por ti mismo, es el problema.

El rechazo amoroso y cómo superarlo

Todo es lo mismo:

  • Fracaso.
  • Ser abandonado.
  • Sentirse culpable por abandonar.
  • Sentirse culpable por ser abandonado.
  • Ser rechazado.
  • No saber rechazar.

Todo es, en el fondo, creerse que tú no vales y para evitar creer esto, dejas de arriesgarte, dejas de exponerte, dejas de mostrarte tal y como eres, a fin de conseguir esta aprobación ajena.

Pero piensa que, en el fondo sufres, cuando el otro, no hace lo que quieres.

Sufres cuando sientes que no eres valioso para alguien que valoras y que desearías que te valorase como tú lo valoras.

No sufres porque te rechazan, sufres porque quieres manipular al otro y no lo consigues.

En el fondo lo que existe es, la imperiosa necesidad de controlar al otro.

Tenemos la necesidad de manipular al otro, para que haga lo que uno quiere.

Queremos ser reconocidos, queremos ser queridos y estamos dispuestos a hacer lo necesario para conseguir este reconocimiento de los demás.

Incluso hacer méritos, incluso fingir, incluso sufrir, para que el otro haga lo que tú tanto necesitas y es que no te rechace, que te valore, que te aprecie y que te ame.

Fíjate, cuántas cosas somos capaces de hacer para calmar nuestra imperiosa necesidad de sentirnos queridos.

Síntomas que tienes miedo al rechazo

que és la Terapia de parella

En realidad el miedo al rechazo es miedo a no ser querido, ese miedo al rechazo, es la clave que evita que hagas lo que eres.

El miedo al rechazo te hace ser quien no eres, para agradar a aquel que quieres, para que te quieran.

El miedo al rechazo es necesitar algo, que, en realidad no necesitas.

El miedo al rechazo es en realidad un error mental de tu mente.

Sufres el rechazo porque tu mente no funciona bien.

Si tu mente funcionase bien, no tendrías estos miedos y harías lo que tienes que hacer y al hacerlo tendrías muchos menos rechazos de los que tienes y además no te afectarían lo más mínimo.

Y eso es lo que te crea ese gran miedo al rechazo amoroso.

Siempre te han dicho que si un hombre te rechaza es bueno insistir y no te lo has creído.

Insistir puede ser bueno si es genuino interés.

Insistir no es acosar.

El miedo al rechazo de una mujer

El miedo al rechazo es también el mismo miedo a que te abandonen y ese miedo al rechazo te está diciendo al oído que tú no vales, que no eres suficiente, que no eres valioso, que no eres bueno, y eso en realidad es lo que te duele. 

No te duele que te rechacen, te duele la historia que tú te cuentas que no vales.

Necesitas que no te rechacen por ti creer que vales.

Pero no haría falta.

Porque tú vales aunque nadie opine lo mismo.

Y para creer que vales quieres agradar y al hacerlo dejas de ser tú y al dejar de ser tú todavía gustas menos.

Nada gusta menos que alguien que quiere agradar, porque te pones por debajo, y eso se nota.

La sumisión se nota.

La esclavitud se nota y eso no le gusta a nadie.

Nadie admira a los cobardes.

La gente admira a las personas libres y autónomas y querer agradar te convierte en un esclavo de la aprobación ajena y eso no gusta nada.

Rechazo y aceptación

Y aquí bien una verdad que jamás has querido aceptar ni entender y es esta:

La mayoría de las relaciones que querrías no son buenas para ti, como no es bueno para ti cualquier trabajo, cualquier prenda, cualquier hábito, cualquier comida, cualquier estilo de vida.

La mayoría de las relaciones que desees, no te harán bien y deberían ser tú quien no las buscases ni necesitases, son relaciones que deberían ser un no para tu vida.

Pero necesitas vivirlas para encontrar a través de ellas quién eres realmente tú.

No quien eres, sino quien quieres ser.

Tú quieres ser valioso y como no lo sientes porque no lo eres, esperas que alguien te diga que lo eres.

La cosa no va de que alguien te diga que eres valioso para así sentirte bien.

La cosa va de que seas valioso y que te dé igual si alguien te lo dice y lo valora o no.

Solo deberías relacionarte con personas que sean buenas para ti.

Ya sé que es complicado y pesado, sí, pero la vida funciona así.

Ni tú ni yo la hemos inventado ni podemos cambiarla, solo podemos saber cómo es y así utilizarla para vivir mejor, ¿verdad?

Otra realidad que jamás has aceptado.

Aprender a ser rechazado es cómo se supera el miedo al rechazo

Em sento trista

A los hombres le da pánico el rechazo de una mujer que te gusta.

Necesitas exponerte tal y como eres, tal y como sientes y ser rechazado para aprender a creer más en ti, con independencia de la libertad de los demás a hacer con sus gustos y vida lo que más les apetezca.

El rechazo y el miedo a perderle

Es la parte del camino que necesitas para llegar a casa.

Un rechazo significa que te has mostrado tal y como eres y no tal como el otro quisiera que fueras.

Un rechazo significa que te has atrevido a expresarte en libertad y que a la vez aceptas y permites esa misma libertad que vives tú, en el otro.

Si el otro desde su libertad te rechaza, eso mismo, es lo que tú quieres que pase, y si tú quieres que pase, donde está el sufrimiento por algo que tú quieres que pase?

Quien nunca se expone, nunca será rechazado, pero se perderá lo mejor de la vida, que es precisamente, lo que hay más allá del rechazo.

Cuando tienes miedo a ser rechazado o abandonado, es cuando cedes, cuando renuncias a quien eres, es cuando dejas de poner límites, y dices si cuando quieres decir no.

El miedo al rechazo y al abandono

Si sufres el rechazo, solamente hay un sentimiento que no vales y que no encontrarás a nadie.

El problema no es el rechazo, el problema es este sentimiento que te dice que no eres valioso, ese sentimiento que te dice que necesitas algo de alguien.

Este miedo a ser abandonado hace que te quedes en sitios que no te hacen bien.

Si no te hace bien, quedarte por miedo a ser abandonado o rechazado y esperar a que eso que te duele, te haga bien por arte de magia, es un error.

La vida es larga, pero no tanto como creemos y quedarte demasiado tiempo en lugares que no te hacen bien, hará que nunca encuentres tu sitio.

Conseguir tener amor propio te ayudará a gestionar bien ese irracional miedo al rechazo.

Superar el miedo al rechazo

El miedo al rechazo te hace estar en relaciones donde el único foco que tienes en la cabeza es que te elijan.

Es que no te abandonen y esto nunca debería ser un objetivo de nada, solo debería ser la base en la que tú, estás dispuesto a jugar.

Tú no estás en un sitio para ser el capricho de nadie, o tienes claro que eres el elegido y que no hay dudas o tienes que marcharte deprisa y sin dudas, o me eliges o fuera, o si o fuera.

Si tu objetivo es que no me rechacen, siempre estarás en el sitio equivocado.

Si estás en una relación en la que tu objetivo es que no te dejen, has perdido antes de empezar.

Cómo superar un rechazo amoroso

com divorciar-te

Nunca podrás agradar a todo el mundo.

La realidad es que la mayoría de las relaciones que tienes y tendrás no son ni serán buenas para ti.

Es un error pensar que lo normal es, que las relaciones que inicies deben fluir bien y para siempre.

Es un gran error pensar así, y es la base de las futuras decepciones.

Tus creencias te tienen jodido, te has creído los cuentos de Disney y así te va.

Lo normal es que a lo largo de tu vida tengas pocas relaciones realmente buenas y muchas relaciones vacías, pobres y sin contenido.

Cómo rechazar a un hombre sin herirlo

No podrás, no depende de ti.

La fobia al rechazo es la fobia que tienes a no aceptar la vida como es y en vez de ello sufres cada vez que la vida no es como quisieras que fuera.

Te das cuenta de lo mal que está funcionando tu mente cuando tu mente te hace sufrir cuando alguien te rechaza?

Lo normal es que no gustes a casi nadie.

Lo normal es que te ignore la inmensa mayoría de la gente que conoces y que conocerás y que solo se acerquen la mayoría, en caso de que seas útil para algo, y que cuando dejes de ser útil dejen de acercarse.

Esto es lo normal.

O eres útil o te rechazarán.

Es lo normal.

Así funcionamos los humanos.

Por interés.

Aceptar la realidad es madurar, y tú no quieres madurar, tú quieres seguir siendo un niño ilusionado que cree todavía en los Reyes Magos y así te va.

Despierta ya, la vida es así, relaciones realmente nutritivas, sanas, positivas y amorosas, son realmente escasas.

Superar el miedo al rechazo

una pareja que se abraza

El rechazo te hará sufrir si crees que el rechazo es malo para ti.

Tú tienes la clave para hacer del rechazo una herramienta increíble para crecer o la causa de tu sufrimiento.

Tú decides.

Que vivas mucho rechazo no quiere decir que seas malo o defectuoso.

Que vivas mucho rechazo quiere decir que eres un valiente, que te expones, que estás aprendiendo, que te estás haciendo fuerte porque persistes a pesar del rechazo y no te rindes.

Que vivas mucho rechazo te hace fuerte y a los humanos les gustan las personas fuertes, porque son útiles, son más útiles que las cobardes y por ello, por ser fuerte te rechazaran menos.

Te rechazarán menos porque te habrás expuesto previamente a que te rechacen mucho.

Un mundo contra intuitivo y al revés.

Pero la pregunta que deberías hacerte, es otra.

La pregunta es:

Quiero estar con gente que está conmigo por interés, precisamente, porque soy fuerte?

Fuerte en el mundo actual es, ser joven, guapo, rico, inteligente o famoso.

¿El rechazo duele?

El rechazo deberías asumirlo como parte de tu proceso de crecimiento y poca importancia darle.

Y si la mayoría de las relaciones que tendrás se basaran en el interés de la utilidad de tu fortaleza, las relaciones deberías relativizarlas mucho más de lo que lo haces y centrarte en otras cosas más relevantes para tu vida.

Y si relativizas la importancia de las relaciones, relativizarás todo lo que impliquen las relaciones, entre ello, el ser rechazado o no serlo.

Que pienses que todos son unos interesados y unas malas personas, tampoco es el camino.

Nada más lejos que eso.

Ya hablaremos en otro artículo de todo, pero aquí y ahora de lo que quiero hablarte es del rechazo y del abandono y porque lo llevas tan mal.

Nadie es bueno ni nadie es malo, simplemente habrá poca gente que va a encajar contigo y que tú vas a encajar en ella, es así, no preguntes por qué, es así.

¿Cómo manejar la fobia al rechazo?

Somos como piezas de un puzle, no encajan en cualquier sitio, sino solo en pocos, pero para encontrar estos sitios, tendrás que probar en muchos antes, no es llegar y ya está, así no funciona la vida.

De cada muchas relaciones que inicies, lo normal es que la mayoría no lleguen a nada, y no pasa nada, así funciona la vida.

Esta es la realidad, querer que sea de otra manera es sufrir, te dirán que no, muchas más veces de las que quisieras y es normal que te digan que no.

Lo normal es que te digan que no y eso nada tiene que ver con tu valor ni con tu felicidad.

Y lo normal es que tú también digas que no a la mayoría de las relaciones que aparecerán en tu vida.

Somos como una pieza de puzle, solo encajamos en un sitio, o en muy pocos.

Y no hay que forzar las piezas, si se fuerzan para que encajen se romperán.

Lo más sano es decir que no y que te digan que no, si no encajas fácil en la vida de los demás y tú deberías hacer lo mismo.

Si no encajáis fácil, forzaréis y sufriréis.

Partimos de una base errónea, no puedes agradar a todo el mundo, lo normal es que gustes a pocos, lo normal es que para muchos seas indiferente y a muchos no gustes.

Esto es lo normal.

Ahora puedes entender por qué un hombre rechaza a una mujer aunque le guste si no encaja en su vida y también lo contrario.

Pretender que sea de otra forma es el problema.

Tienes que cambiar muchas de tus creencias erróneas que, sin cuestionarlas, las has incorporado a tu forma de ser.

Y a partir de esa base errónea, todo pivota en torno a que no te dejen y que no te rechacen, cuando nada es más sano que ser rechazado y rechazar.

El miedo a ser rechazado en el amor

La Redirección

Noemí Molins dice lo siguiente acerca del rechazo:

«Somos millones de egos en el mundo moviéndonos por nuestros propios intereses.

Y en cada cruce de egos, es normal chocar contra los intereses de los demás.

Y cuando rechazas lo que no quieres, te valoras.

Pero lo mejor es que, cuando entiendes que tienes que rechazar y decir no, de golpe los rechazos de los demás dejan de doler.

Y ganas más confianza.

“Te rechazan, redirección.

Vas a otra cosa.

¿Te vuelven a rechazar?

Bien, redirección.

Ahí tampoco es.

Los rechazos te van guiando en tu propio camino, son una señal.”

El miedo al rechazo síntomas

Vives desde la escasez, este es el problema.

Treballar l'autoestima com aquest cargol

Te cuesta relacionarte y cuando te relacionas te aferras porque te cuesta relacionarte.

Si tuvieras muchas buenas opciones, te aseguro que no sufrirías el rechazo de esta manera.

El problema no es el rechazo, el problema es tu incapacidad en generar buenas relaciones y la escasez de buenas relaciones, con la que vives.

Vives relaciones frágiles y con miedo, y ese miedo te hace que dejes de ser tú y eso es lo que hace, que dejes de ser atractivo y ese miedo a que te dejen, es la causa principal que te dejen, porque la persona que te conoció sin miedo, con el miedo que sientes a que no te dejen, te has convertido en otra persona mucho menos atractiva.

Nada desagrada más que quien necesita, nada desagrada más que, quien quiere agradar, porque se vuelve sumiso, cobarde, esclavo, dependiente, y eso se nota, a nadie le gusta la gente sumisa.

Timidez y el miedo al rechazo y al abandono

Entrar en las relaciones a sumar sin que esto te reste a ti y sin esperar nada a cambio.

La revolución que estás buscando comienza aquí.

Hasta ahora te relacionabas desde la necesidad, el interés y las expectativas y a buscar aquello que no tienes en ti.

Hasta ahora te acercabas a saquear más que a dar.

hasta ahora te acercabas a buscar aquello que tú te creías merecedor.

Hasta ahora te acercabas a quien te gustaba y esperabas que a ese otro, le gustaras también.

Hasta ahora te acercabas a quien te interesaba y esperabas que también le interesaras a ti.

Hasta ahora y desde siempre te has relacionado desde tu propio interés y necesidad

¿Y si estuvieras equivocado?

¿Y si estuvieras haciendo las cosas al revés?

Y si, en cambio, de entrar en las relaciones a buscar, ¿entraras a las relaciones a dar? I a dar sin esperar nada a cambio.

¿Y si, en cambio, de entrar en las relaciones a recibir entras en las relaciones a sumar?

¿Y si lo estás haciendo al revés?

Pero claro.

¿Qué tan lleno estás tú para poder dar?

La idea sería la siguiente.

Entrar en las relaciones a sumar sin que esto te reste a ti y sin esperar nada a cambio.

Fíjate, esa descripción es la descripción mágica que todo lo cambia.

Analizamos esta frase.

1-Entrar en las relaciones a sumar.

¿Puedes sumar a la otra persona?

¿Sabes que necesita que tú puedes aportarle?

¿Sabes quién es y sabes en qué puedes ayudar?

No es solo querer sumar, es poder sumar porque sabes si tú tienes lo que él necesita para ello.

Debes conocer al otro y debes conocerte a ti. Y entramos en las relaciones sin conocernos ni conocer al otro.

Solo necesitamos y con ello es suficiente.

¿Puedes realmente sumar en la vida de la otra persona tal como ella quiere vivirla o simplemente eres una aprovechada más, que se acerca para ver que puede obtener, por su beneficio propio?

2-Sin que te reste

¿Puedes sumar en la vida de la otra persona, siendo realmente quien eres, y viviendo la vida que quieres vivir?

¿Puedes dar, puedes sumar sin que esto te perjudique a ti?

Querer sumar sin que te reste es una cosa, pero la confundimos, una cosa es querer sumar sin que te reste y otra muy distinta es poder sumar sin que realmente tu vida se vea perjudicada.

3-Sin esperar nada a cambio.

Detrás de la psicología del rechazo social hay toda una serie de elementos que se usan como herramientas de crecimiento personal.

Aquí está la clave de todo, siempre nos pretendemos relacionas para obtener un beneficio posterior y si no lo obtenemos nos enfadamos o sufrimos.

Siempre sembramos para recoger y con las personas no funciona así, sino exactamente lo contrario.

Cuantas más expectativas tienes, cuanto más quieres controlar al otro, cuanto más esperas del otro, cuanto más lo exiges, cuanto más le reprochas, cuanto más le fuerzas, cuanto más quieres que el otro haga lo que tú quieres, más alejas al otro de ti.

Si no esperas nada del otro, ¿qué daño puede hacerte su rechazo o abandono?

Si te duele su rechazo, este dolor te está hablando mucho de ti, y nada bueno, por cierto.

Te está diciendo que eres un interesado, que amas muy poco, que quieres poseer, manipular y controlar.

Tú te dices que sufres porque lo amas, pero la realidad es otra totalmente distinta.

Sufres su rechazo porque no lo amas nada de nada de nada.

Si supieras amar, y para ello necesitarías aprender a amarte a ti primero, el rechazo no te haría ningún daño, es más te gustaría, te reirías y seguirías encantado con tu vida, aprendiendo de él, redireccionando, aprendiendo más sobre ti y sobres los demás y construyendo más valor en ti para poder aportar más sin que esta aportación te perjudicara.

¿Qué hay detrás de los rechazos sociales?

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Cuando sufres un rechazo, cuando te abandonan es la señal inequívoca de que tú eres un interesado y un manipulador.

Cuando más sufres por el rechazo de otro, más quiere decir que lo quieres controlar, que lo quieres esclavo, que no lo quieres libre, que no le quieres, y si no le quieres, hace muy bien en rechazarte y en alejarte de su vida.

Si sufres un rechazo, es la evidencia clara, que el otro hace bien en rechazarte porque no lo quieres y si no lo quieres, ¿cómo puede alguien inteligente no rechazarte?

Ya te lo he dicho, aquí está todo lo que necesitas saber y que muchos o todos no sabemos hacer bien, no sabemos relacionarnos bien y así nos va de decepción en decepción.

Perder el miedo al rechazo

Que te rechacen no es un motivo de sufrimiento, es un motivo de satisfacción. Has pretendido relacionarte con alguien, a quien querías aportar y sumar en su vida y este alguien, con motivo o simplemente por miedo, te ha dicho que no.

Si tú te pones a reír y a seguir feliz con tu vida sin que te duela el rechazo, le estás diciendo a la vida, que eres un ser generoso, valiente, que deseas lo mejor para las personas con las que pretendes relacionarte para aportar en sus vidas, y si ese alguien desde su libertad escoge otro tipo de relación solo es un motivo de felicidad para ti.

Este rechazo te hará más fuerte, más sabio y como no te duele, podrás seguir acercándote a personas y relacionándote con ellas, y con la experiencia de tus vivencias anteriores más tu generosidad, más la fortaleza que has ido adquiriendo en tus rechazos pasados, es muy fácil que puedas vivir relaciones memorables basadas en el amor de verdad, un amor desde la fortaleza y no desde la necesidad, un amor generoso, un amor libre y un amor cálido sin presiones ni manipulaciones de ningún tipo.

Si te relacionas bien nunca te decepcionas, porque nada esperas que el otro te dé y menos si eso que quieres de él, es su felicidad y no la tuya, porque de la tuya ya te ocupas tu solito.

Muchas veces las personas necesitamos terapia psicológica para entender esos conceptos que parecen tan claros, pero que no los tenemos y mucho menos los interiorizamos y los vivimos con normalidad.

¿Te rechazan? Ríete, y sigue viviendo tu vida, haciendo cosas que amas y relacionándote con personas a las que puedas aportar y donde puedas tu también crecer.

Es fácil.

Demasiado fácil para que la gente lo haga con normalidad.

Una buena relación se basa en dos personas que quieren entrar a sumar en la vida del otro, sin que les reste a las suyas, y sin esperar nada a cambio, y cuando tú haces esto y el otro lo hace, es aquí donde entra dos personas se habrá creado una buena relación, una relación sana, fácil, libre y feliz.

No hay otra forma, pero nadie lo hace, o casi nadie y así nos va.

El único compromiso que tienen es este:

O pueden sumar en la vida del otro, sin que reste en su vida o se irán, si el otro resta, se irá, si el otro no puede sumar se irá.

El abandono se entiende de otra forma muy diferente.

El abandono no es más que otra forma de amar, ya hablaremos de ello.

La clave es «el sin esperar nada a cambio», ni siquiera esperar a la aprobación, la comprensión o la simpatía.

Si te rechazan y además te insultan, no pasa nada, no te define a ti, define al otro y al otro lo quieres libre de que haga con su vida lo que crea conveniente.

Si te rechazan, si te abandonan, da igual, no querías otra cosa, porque la única cosa que quieres cuando te relacionas bien con otra persona es la felicidad y la libertad del otro.

Tú entras a las relaciones a sumar desde tu ser auténtico, desde tu fortaleza, si puedes sumar, si sabes sumar, si el otro se puede nutrir de ti no te rechazará.

No, no sabes si tu «amor» podrá nutrir al otro, pero este otro tampoco sabe si se sentirá nutrido «con tu amor».

No es voluntario

Dos piezas de puzle encajan o no encajan, pero nadie puede hacer nada para que sea de una forma u otra.

O encajan o no encajan, pero nadie puede hacer nada más, que, si encajan, encajan y si no encajan, no encajan y seguir buscando tu lugar donde puedas encajar fácil y bien.

Pero tú no sabes que necesita ni como se sentirá el otro, tú solo sabes lo que eres tú y eso es lo único que te vale.

Si quien eres no nutre al otro, no es que tenga que dejarte y rechazarte, sino que tú quieres que sea así.

Si tú quieres que te rechace, si no puedes nutrirlo desde tu esencia y sin renunciar a ella.

Si tú no quieres nada de él, solo su paz, si su paz es alejarse de alguien que no puede nutrirle, eso precisamente es lo que tú quieres y si tú quieres precisamente eso, de qué sufres cuando te rechazan si es precisamente lo que quieres que ocurra?

Tú sabes que si no puedes nutrir al otro, el otro sufrirá y al hacerlo tú también sufrirás, por el efecto espejo en las relaciones, uno solo puede dar lo que es, y si uno sufre hará sufrir al otro.

Tú no quieres eso para ti.

Por amor propio.

Si no puedes nutrir al otro y te rechaza, eso mismo es lo que tú quieres que pase, y si el otro no te rechaza y sabes que no lo podrás nutrir, tú te deberías ir, como no lo hagas sufrirás, y si tienes amor propio no te permitirás sufrir.

A que no?

Cómo superar el miedo a ser rechazado

Si entiendes todo lo dicho hasta ahora, el rechazo dejará de tener ningún efecto negativo en tu emocionalidad.

Pero hay más herramientas para que superes ese miedo tan irracional a que lo que alguien piense tenga un efecto negativo en tu emocionalidad.

Tu valor no lo define la aprobación o rechazo del otro sino el hecho de que tú lo hayas intentado.

Que tú intentes relacionarte con ese otro, desde tu esencia y para aportar y mejorar la vida de este otro, eso es lo que te define, que hayas tenido el valor de acercarte a alguien e intentar sumar en la vida del otro sin esperar nada a cambio y desde tu esencia.

Esto es lo que te define, lo que tú estás dispuesto a dar, a sumar y aportar, define tu generosidad, tu valentía y tu fortaleza.

Otra cosa es si a ese otro esto le vale o no.

Un rechazo habla mucho más de quien rechaza sin saber quién es realmente el otro que de la persona que es rechazada.

Si vas por la vida regalando billetes de 100 euros a tu alrededor y alguien no te los acepta y los rechaza.

¿Qué habla este hecho de ti?

¿Qué habla este hecho del otro?

Aceptar el rechazo amoroso

Un home i una dona odiant-se

Tu motor es sumar sin esperar nada a cambio, desde tu esencia, esto es sano y una muy buena manera de acercarse a los demás.

Quien no lo acepte solo habla de él, no de ti.

Si tu motor, es quedarte en casa y no centrarte en regalar esos billetes de 100 euros a la gente, ¿no tendrás rechazos, cierto, pero que dice eso de ti?

El miedo al rechazo no es más que una falta de amor propio.

El miedo al rechazo no es más que un sentimiento de escasez y una carencia de habilidades sociales.

Es duro oírlo, sí, pero eso es lo que pienso, desde una visión psicológica profesional.

La tortura de vivir con el miedo al rechazo al amor

Vivir con miedo es una tortura porque no puedes disfrutar de la vida.

El miedo a perder algo que quiero y me aferro y al aferrarme ni lo disfruto ni me disfruta y acabo alejando a quien pretendo mantener cerca de mi vida.

Tengo miedo de que me abandonen, que me rechacen y por miedo a esto también nos quedamos en una cueva y no nos exponemos.

Por miedo a que nos rechacen no nos exponemos, porque si nos exponemos, nos pueden rechazar y eso hace, bien que te conformes con una relación pobre que no te nutre o que acabes solo, creyendo que aquella relación que querrías tener, no es posible en el mundo real en el que vives.

Detrás del miedo al rechazo existe una relación vacía o una soledad autoimpuesta y en ambos casos nos perdemos cosas maravillosas de la vida.

Si estás mucho tiempo sin nadie, cuando encuentras a alguien se activarán todos los miedos sobre el rechazo y el abandono y te volverá a pasar lo mismo, decepción, miedo, sumisión o reproches y te alejarás o harás que se aleje y seguirás culpando a los mismos de siempre de tu situación.

Superar el miedo al rechazo

No sabemos entrar y salir deprisa de las relaciones si no encajamos en estas relaciones de forma fácil y feliz, pero primero tienes que probar para saberlo, si no pruebas, nunca podrás vivir nada bueno y si no eres capaz de salir de donde no es, acabarás roto.

Primero debes exponerte y soportar el rechazo y el miedo al fracaso y al abandono y una vez dentro, ver si es un lugar donde tu pieza y la suya encaja sin fricciones o su encaje es forzado, pero eso debes hacerlo deprisa.

Si no sales rápidamente no podrás salir, porque las relaciones afectivas son adictivas, y más las malas que las buenas.

Cuanto más te quedes en una relación en la que no encajas fácil y bien, en la que no puedes sumar sin restarte a ti, sufrirás y harás sufrir.

El rechazo emocional

Todo pivota en el miedo al rechazo, el miedo a que te abandonen.

Tienes miedo a entrar por miedo al rechazo y tienes miedo a salir porque al igual que tienes miedo de que te abandonen, también te sientes culpable si el que abandona al otro eres tú.

Si tienes miedo a que te rechacen, tendrás miedo a rechazar y te aseguras con ambos miedos una vida de mierda.

Así nunca encontrarás tu sitio, bien por miedo a exponerte y poder entrar y como la mayoría serán un no, por miedo a salir rápido y bien.

La vida es larga, pero no tanto, solo que te quedes 5 veces más tiempo de la cuenta en una relación que no era la tuya, la vida habrá pasado.

La clave es tener el valor para entrar deprisa y eso solo lo haremos si dejamos de tener miedo al rechazo.

La clave es saber salir deprisa, solo si somos capaces de dejar de tener miedo al abandono, si nos traumatiza el abandono, sentiremos culpa al abandonar a alguien y nos mantendremos demasiado tiempo en el lugar equivocado.

Deberíamos dejar de tener miedo a ser rechazado y de tener miedo a rechazar.

Necesitamos amor propio.

Si amamos, nos hará daño rechazar y por amor crearemos más sufrimiento.

Es entender que la vida es arriesgarse, arriesgarse a entrar en una relación a pesar del miedo al rechazo, a equivocarse, a que sea un no y a levantarse de nuevo.

Aprender a saber salir de una relación sin sentirse culpable y hacerlo deprisa y bien, para volver a intentarlo de nuevo en otra relación que parezca más adecuada, con más conocimientos, con más habilidades, más sabiduría y quizás, solo puede ser, en el quinto intento o en el décimo tengas más fortuna.

Quedarte donde no es tu sitio ni el de la otra persona, es un error.

El miedo a que te abandonen, el miedo al rechazo es la causa real de que no puedas tener una buena vida.

El miedo al rechazo en realidad solo existe en tu mente

Es solo una creencia equivocada que mantienes en tu cerebro enfermo.

Aprender a desidentificarte con la historia que te cuenta tu mente sobre lo que es el abandono y el rechazo.

Tu mente te está engañando.

El rechazo es bueno para todos, para quien rechaza y para quien es rechazado.

El abandono no existe, se abandonan a los perros, a las personas se las libera de una relación que la hará sufrir.

Necesitas rechazos para dejar de ser rechazado.

El rechazo es un triunfo.

El abandono es un triunfo.

Entender que nadie te abandona, entender que tú no abandonas a nadie, entender que tú no rechazas a nadie, entender que nadie te rechaza a ti, estos son conceptos que tu mente piensa, pero no son reales, es una historia basada en creencias falsas que impiden que tengas relaciones sanas, sin fricciones y felices.

Es necesario desactivar las creencias en las que se basa tu mente, para elaborar pensamientos, a través de los cuales, tú pienses que te rechazan y que, por tanto, no eres valioso, debes darte cuenta de que el rechazo no existe y que el abandono no existe.

Solo existen personas solas que son incapaces de arriesgarse a ser rechazadas.

Solo existen relaciones tóxicas formadas por personas que son incapaces de abandonar la relación y liberarse y liberar al otro de esta relación que causa dolor.

Lo que sí existe, es que tú eres valioso porque entras en las relaciones a sumar sin esperar nada a cambio y sales de ellas si ves que no puede sumar o el otro no puede sentirse nutrido por ti.

Y al hacerlo, al tener el valor de hacerlo y exponerte a que el otro no valore esto, es lo que te da el valor.

El otro no puede rechazarte porque no sabe quién eres, él no te ve, tú para él, solo eres el espejo donde se refleja, no te ve a ti, no te valora a ti, valora lo que haces no de acuerdo con el que haces, sino en consonancia con quién es él, que cree él, que piensa él de él, y que siente él, sobre la base de su realidad.

nadie te rechaza a ti.

Quien te rechaza evita que tú vivas una relación tóxica porque en ella el otro no se sentirá nutrido, y al no serlo, no será feliz y al no ser feliz tú no serias feliz.

No te rechaza, te libera de una relación que no sería buena para ti.

Imagina que tú salieras cada día con 10 billetes de 100 euros cada uno dentro de un sobre y los quisieras dar a las personas que pasan a tu lado.

¿Cómo eliminar el miedo al rechazo?

Afirmacions positives

Cuando entiendes que el rechazo es un triunfo y un acto de generosidad por tu parte y que el otro no puede escoger que siente ni que necesita para sentirse nutrido.

No hay rechazo, no hay rechazados, nadie te está rechazando porque nadie rechaza.

Solo se impone la realidad, lo que es.

Sois dos piezas de un puzle y sois piezas que encajáis fácil y sin fricción o no.

No hay más.

Si encajáis, qué genial.

Si no encajáis, qué genial, solo hay que seguir jugando a los puzles y buscar cada uno su lugar.

No hay rechazo.

Hay un juego y hay que saber jugarlo bien.

Nada más.

Hacer esto dice mucho de ti, dice que sabes jugar, dice que eres rico, dice que eres generoso, dice que eres empático.

Imagina que te encuentras a alguien que te rechaza ese sobre de 100 euros, por miedo, por desconfianza, por odio, por desconocimiento o simplemente por ignorancia.

O simplemente porque no eres lo que él necesita para sentirse bien.

El rechazo solo dice cosas buenas de ti y ninguna mala para el otro.

Es lo natural.

Lo natural es, que una pieza de un puzzle de 1000 piezas solo encaje en un lugar de 1000. Uno de 1000. Si todas las piezas encajasen en todos los lugares, que juego más tonto sería, no?

El juego de las relaciones es este.

Sufrir el rechazo es no haber entendido el juego y cada vez que quieres juntar dos piezas que no encajan, las fuerzas hasta romperlas y después ponerte a llorar.

Qué estúpido, ¿no?

Pues así vivimos el juego de las relaciones.

¿Qué dice de ti ese rechazo?

¿Qué dice de él ese rechazo?

Esto es lo que haces todos los días cuando ofreces lo mejor de ti para sumar en la vida de los demás.

Ofreces 100 euros en un sobre, muchos solo verán el sobre y te rechazarán.

Y te rechazarán por otros motivos, que nada tiene que ver con o que te eres o hagas.

Este hecho habla muy bien de ti, habla del valor de intentarlo, habla de la voluntad de entrar en la vida de los demás a sumar en ellas, y habla también de quienes te rechazan sin saber quién eres ni que ofreces.

Las relaciones humanas es un juego.

Un puzzle.

Necesitas ser rechazado todas las veces que fichas tenga el puzle menos una vez.

Pues juega, no?

Que te divierta el rechazo.

Si no nunca acabaras ningún puzle.

Ni te divertirás.

El rechazo cuenta muchas cosas, pero en ningún caso una historia de ti que te haga perder valor.

Pero, claro, todo depende de tus intenciones reales al relacionarte.

Las intenciones

Si cuando te relacionas lo haces por necesidad, por interés o porque quieres utilizar el otro, entonces tus intenciones son otras y quizás quien ve esto te rechaza por ese motivo.

Nada es menos atractivo que mostrar necesidad.

Causas del rechazo social

La necesidad y querer la aprobación ajena, cuando deberías relacionarte desde su contrario, aportar.

Nada es más atractivo que la fortaleza de quien no necesita y tiene mucho que ofrecer.

Si tú sumas sin esperar nada a cambio, el rechazo nunca contará ninguna historia negativa de ti, sino lo contrario.

Es más, si de lo que se trata es de sumar sin esperar nada a cambio, si haces esto, no tienes miedo al rechazo, ni te hace sufrir, porque nada esperas.

Tú das sin esperar nada a cambio, si no esperas nada, el rechazo no tiene ningún significado negativo para ti, y tampoco el abandono.

Si tú te relacionas para sumar en la vida del otro sin esperar nada a cambio, si tú quieres realmente sumar, pero no sumas, no se culpa tuya, porque tú no puedes hacer lo que no puedes hacer ni depende de ti.

Si tú intentas sumar en la vida del otro de acuerdo con lo que eres, lo que tienes, lo que puedes y si el otro no se siente nutrido por ti, lo que tú quieres es que te abandone, lo que tú no quieres es estar con alguien que no le sume tu presencia.

Si no puedes sumar a pesar de ti querer sumar, lo que quieres es que se aleje de ti, para que pueda encontrar a alguien, que sí lo pueda sumar.

Si no esperas nada a cambio, el rechazo no tiene ninguna fuerza sobre ti.

Te relacionas para sumar en la vida del otro sin esperar nada a cambio, si actúas así el abandono no tiene sentido, porque tú no esperas otro resultado que el otro decida, de acuerdo con su libertad personal.

Solo quieres que, si no puedes sumar se vaya, tú quieres eso, pero eres tú quien te vas si no puedes sumar en el otro, porque tú quieres sumar en el otro y si no puedes, eres tú quien se va.

Nadie te abandona, si alguien lo hace es, porque tú no has sabido percibir previamente que lo que aportas no suma en la vida del otro y eres tú quien no quieres seguir aquí.

No hay abandono, si no eres capaz de sumar en la vida del otro, porque eres tú que no quieres estar en esa relación, ya que tú no quieres restar a nadie.

El objetivo de tu vida en lo que respecta a las relaciones, debería ser sumar sin esperar nada a cambio.

Nunca restar, si restas te vas y si restas y te abandonan es lo que tú quieres, así pues, ¿de qué sufrir si es lo que quieres?

El rechazo social o el cuándo esperas algo a cambio y no lo recibes.

Si el otro te rechaza no importa, no te afecta, te afectaría si esperaras algo a cambio, si no esperas, el rechazo no cuenta y no cuenta por qué tú sabes quién eres y que vales y tú solo entras en la vida del otro a sumar.

Tú entras en la vida de los demás a regalar billetes de 100 euros sin esperar nada a cambio, si alguien no los acepta, si alguien los rechaza.

¿Qué dice esto de ti?

¿Qué dice esto del otro?

Si alguien rechaza tus 100 euros, dice mucho de ti y poco del otro.

¿Verdad?

Con esta forma de pensar desactivas totalmente el abandono y el rechazo.

Cuando dos personas se encuentran y viven así, se suman y valoran lo que reciben del otro, sin esperar nada a cambio aquí está.

En el resto de situaciones irse deprisa es la mejor manera de amar.

O sumas o te vas, o te relacionas sin esperar nada a cambio o te vas.

Si haces esto, nadie te abandonará nunca, no les has dado tiempo ni espacio.

No te abandona nadie, tú has ido antes.

Y si no te has ido de donde no puedes sumar y te dejan o te rechazan, te lo mereces, por falta de empatía, por falta de amor.

No todo el mundo puede amar, solo puede amar, quien no necesita al otro, solo puede amar quien es autónomo, querer amar es una cosa, poder amar es otra.

Si sufres cuando te abandonan es que no sabes amar, y no solo no quieres, es que no has entendido nada.

Para entender cómo funciona realmente una buena relación debes huir de los conceptos que te han contado padres, escuela, películas y libros varios.

Tienes que reprogramar tu mente con creencias que te permitan amar sin sufrir.

Tienes miedo al rechazo amoroso cuando no sabes amar.

Si quieres saber cómo amar a los demás, si quieres tener una buena relación con otras personas, ante todo debes saber cómo tener una buena relación contigo mismo.

¿Te sabes relacionar bien contigo?

Tienes miedo al rechazo si no tienes amor propio.

Si quieres saber cómo relacionarte bien con otras personas, lo primero y lo básico es, no necesitar esta relación para que tú estés bien y feliz.

Si quieres saber cómo relacionarte bien con los demás, debes saber construirte una vida rica, plena y feliz por ti mismo.

La base para una vida rica y plena es aprender a construirte un sólido amor propio, y desarrollo este concepto en muchos artículos de esta web.

Lo que aquí nos ocupa es entender, que no todo el mundo puede relacionarse bien, con todo el mundo.

Lo normal es que no sepas, lo normal es que te relaciones mal y dicho esto, es normal que sufras las relaciones y no las disfrutes.

No las disfrutas porque es imposible disfrutarlas.

Los seres humanos solo podemos conectar con muy pocas personas en realidad, pero debemos probar mucho para encontrarlas.

Es básico no tener miedo al rechazo para poder conocer a muchas personas y para poder alejarte de muchas personas si lo que quieres son relaciones de calidad.

Para crear buenas relaciones en tu vida debes ser autónomo emocionalmente.

Es aconsejable que también lo seas económicamente.

Es difícil crear buenas relaciones desde la necesidad o la carencia.

Los seres humanos somos así complicados.

Aceptar el rechazo

Nada te hace más libre y más fuerte que vivir el rechazo.

Si no eres autónomo, buscarás en los demás lo que necesitas para ti que no tienes en ti y ya estás infringiendo la regla de oro para una relación humana sana.

La no necesidad.

Si necesitas crearás una relación tóxica.

Solo puedes relacionarte bien si eres capaz de entrar en una relación a sumar en la vida del otro sin que te suponga restar en la tuya y sin esperar nada a cambio.

Buscar en el otro lo que uno es incapaz de encontrar dentro de sí mismo, es la principal causa de relaciones tristes y claustrofóbicas.

No puedes relacionarte con otras personas para saquear la vida del otro.

Si cuando alguien te abandona y piensas que algo malo hay en ti o que el otro es un ser despreciable, es que estás pensando mal.

Cuando alguien te abandona es que lo que tú eres no nutre al otro y si no nutre al otro, eres tú quien no deberías querer una relación así.

Por respeto al otro, por amor al otro, por respeto a ti deberías irte antes de que te rechacen.

Si alguien te abandona porque no eres lo que necesita para poder disfrutar de una buena vida, no habla de ti, habla del otro.

Habla de quién es el otro, de que necesita, de qué tipo de planta es, que tú no podrás hacer florecer.

Si tú eres agua y el otro es un pez, el agua para él es buena, si tú eres agua y el otro es un pájaro, tu agua solo lo ahogará y eso no define el agua, esto define al pez o al pájaro.

Si alguien te abandona, no hay nada malo en ti ni en el otro.

No te dejan porque haya nada malo en ti, te dejan porque tú no eres lo que ellos necesitan.

Y nadie puede escoger lo que necesita.

Las reales causas del rechazo social

Cada planta tiene unas necesidades de agua, aire, humedad, sol, abono y en una proporción diferente, en función de cada planta.

El otro es esta planta y tú eres todo esto, agua, aire, humedad, sol, tierra en una proporción muy definida.

La planta al relacionarse contigo florecerá si tu proporción de aire, humedad, sol, temperatura, agua es buena para la planta, y morirá si esa proporción de cosas buenas no es la que necesita esta planta.

Tú esto puedes ver esta evolución del otro contigo si estuvieses atento y te preocupase realmente la felicidad del otro. 

Y tú deberías ser consciente de tu responsabilidad en todo ello.

Tú deberías ser consciente de quién eres, tú deberías ser consciente de qué proporción de aire, agua, humedad, tierra, temperatura y sol eres y a qué planta puedes nutrir y a qué planta puedes matar.

Ser consciente de que quién eres, es ser consciente de que tipos de plantas puedes hacer florecer y actuar con mucho cuidado, estar muy atento a todo ello.

Si la ves florecer contigo, vas bien, si ves que se apaga y enferma, deberías marcharte.

Si discutís, si hay duda, no estáis felices, si hay fricción, aburrimiento, si hay tristeza, este no es el lugar.

Antes de que la planta sea consciente de que tú no eres lo que ella necesita, tú deberías verlo antes y marcharte si no puedes nutrir a la planta que pretendes hacer florecer con tu presencia.

Deberíamos vivir con la sana intención de hacer florecer a las personas que nos rodean y en ningún caso provocarles el efecto contrario.

El amor es vida, nada más que vida.

Deberíamos ver a los demás como plantas delicadas y maravillosas y uno mismo como una buena mezcla de aire puro, humedad, sol, temperatura, agua y tierra abonada que puede ser buena para algunas plantas y para otras no.

Que te rechacen, te están diciendo, que no eres bueno para ellos, no que tú no eres bueno.

Deberíamos relacionarnos para intentar que esta planta que es el otro pueda florecer mejor con nosotros que sin nosotros.

Pero también deberíamos ser conscientes de que podemos ser lo que necesita la planta o no serlo y veremos, están atentos a cómo evoluciona la planta a nuestro lado y decidir.

Si florece vamos bien, si no florece vamos mal y deberíamos marcharnos y alejarnos en este caso.

Cómo actuar ante el rechazo

Relacionarse bien, significa en muchos casos saber alejarse también.

Cuando nos abandonan, es que la planta está sufriendo y ya no puede más, es cuando la planta se da cuenta de que no somos la tierra y la temperatura y el sol que ella necesita para florecer.

Se alejan de nosotros cuando la planta que es el otro, no florece cerca de nosotros y tú todavía sigues ahí.

Tú deberías haberse marchado mucho antes.

Te abandonan por ser poco sensible a la planta, por no saber cuidar de ella, por no saber que no eres lo que la planta necesita.

Te abandonan porque amas bien, de amar bien, esa planta florecería gracias a tu presencia o gracias a que te has ido al darte cuenta de ello.

Te rechazan porque no sabes amar.

Esto no quiere decir que tú seas malo, significa que tu mezcla de suelo, sol, humedad, agua y temperatura no es lo que esta planta en concreto necesita.

Nos deberíamos relacionar con la intención de ver florecer las plantas que nos rodean.

Nos deberíamos relacionar con la intención de potenciar la esencia del otro, y deberíamos alejarnos si no somos capaces de hacerlo.

Y, en cambio, de irnos, sufrimos y culpamos cuando nos abandonan, y, en cambio, de hacernos responsables de la felicidad del otro, hacemos al otro responsable de nuestra felicidad y al hacerlo, criticamos, despreciamos y nos alejamos de lo que es el amor.

Sufres un rechazo porque no sabes amar y si no sabes amar es normal y sano que se alejen de ti.

La planta se debe a sí misma y si tú no eres la proporción adecuada de cada cosa que ella necesita para florecer, ella tiene la responsabilidad de abandonarte y tú tienes la responsabilidad de marcharte antes.

No hay buenos ni malos, solo hay plantas que buscan florecer y tú deberías potenciar esto en los demás o irte.

Si tú eres lo que necesitan para ellas para florecer no te abandonarán ni te rechazarán, no es personal, no es que tú seas malo, es que tú no eres lo que ellos necesitan para florecer.

Todos somos plantas y todos somos esa mezcla en una proporción determinada de agua, sol, humedad, minerales y tierra.

Y sobre la base de a ello nos relacionamos.

Ni lo dudes, en el mundo hay muchas plantas a las que puedes inspirar a florecer. 

Pero hay muchas otras que no.

Tú deberías dejar de tener miedo al rechazo y acercarte a todas ellas y mantenerte atento, de unas deberás alejarte y de otras no.

Pero el miedo al rechazo te impide hacerlo.

Y ese mismo miedo al rechazo te impide rechazar y alejarte de aquellas relaciones que tampoco te ayudan a florecer a ti.

El miedo al rechazo te hace sufrir y mucho.

Por ello deberías resolverlo.

Esta es la pregunta que deberías hacerte siempre que entras a relacionarte con alguien.

El rechazo y el abandono son actos de amor

¿Eres tú lo que necesita esta planta para florecer?

Tú deberías querer ser esa mezcla que necesita la planta que tienes delante, pero eres lo que eres y está bien así, a algunas plantas sumarás ya otras no, aceptar esto es aceptar el mundo tal y como es.

Tener el valor para acercarte a una planta e intentar que tu mezcla le ayude a florecer y estar atento.

Y si no es así, tener el valor para alejarte si no es tu sitio.

Si esta planta no es la tuya, aléjate antes de que la planta te abandone a ti.

El miedo a no ser aceptado

Pero tú eres bueno tal como eres.

Pero no eres bueno para muchos humanos.

Es un error pedir perdón por ser quien eres.

Es un error dar y dar.

Es un error renunciar a tus límites.

Es un error hacer méritos para que no te dejen.

Es un error pedir perdón por ser como eres.

Es un error no aceptar la mezcla de buenas substancias que eres porque lo que eres es bueno.

Otra cosa es que puedas hacer florecer a una determinada planta o no puedas, y esto no depende ni de ti ni de la planta.

No existe el rechazo.

Existe el amor o su contrario.

Amor es acercarse a ver si puedes sumar en la vida del otro y sumar en ella sin esperar a cambio.

Amor es alejarse si ves que te acercaste y ya no puedes sumar.

Amor es cuando no sumas y no te has alejado y te rechazan y te abandonan.

Aceptar quién eres y al que si puedes sumar y al que no, y si no puedes, lo verás por los resultados en el otro.

Marchar es amar

Abandonar es amar.

Rechazar es amar.

Nadie es bueno ni malo, simplemente no es el sitio de ninguno de los dos.

Nos pasamos la vida despreciando lo que somos y lo que somos es bueno.

Nos pasamos la vida despreciando a los demás cuando nos rechazan y los demás hacen bien al hacerlo.

Porque lo que somos no puede nutrir a todo el mundo.

No puedes gustar a todos.

Nadie puede.

Acepta eso y vive tu vida en paz.

Hay que saber quién eres y saber cuál es el impacto que causamos en los demás, si sumamos vamos bien, si restamos y no vamos bien y deberíamos marcharnos antes de que nos rechacen y nos abandonen.

Tanto abandonar como rechazar son actos de amor, son actos que nos dicen que aquí no es nuestro sitio y que debemos seguir nuestro camino.

Es un error no vivir intentando hacer florecer a plantas delicadas y maravillosas que están a nuestro alrededor y que no florecen.

Ees un error no darnos cuenta de lo que pretendemos al amar y seguir allí, en cambio, de irnos.

Y, en cambio, de irnos seguimos allí, sintiéndonos malos, pidiendo perdón por no poder nutrir, haciendo méritos para que no nos dejen.

No hemos entendido nada.

No se trata de que nos abandonen, se trata de estar más atentos e irse antes, si no podemos nutrir la delicada planta que es el otro, sin descuidar la nuestra.

Entender que el rechazo dice cosas muy buenas de aquel que se acerca, con la sana intención de mejorar la vida del otro, y sin esperar nada a cambio, y se expone a ser rechazado.

Entender que el abandono es un acto de amor cuando te das cuenta de que tú no eres lo que necesita el otro para poder florecer.

Si no te veías capacitado para mejorar esta planta que querías ver florecer deberías haberte ido mucho antes, y esto es amor también.

Rechazar es un acto de amor.

Exponerse al rechazo es un acto de amor.

Abandonar es un acto de amor.

Pero vivimos así.

Vivimos al revés.

Vivimos con miedo a ser rechazados, vivimos con dolor si rechazamos, vivimos con dolor si abandonamos, vivimos queriendo agradar, vivimos sin nutrir al otro, vivimos sin ser nutridos por el otro, vivimos con miedo a ser rechazados, vivimos con miedo a rechazar, vivimos con miedo a ser abandonados, vivimos con miedo a abandonar y así una buena vida no es posible.

Si entendiéramos que somos lo que somos y está bien así.

Si entendiéramos que el rechazo dice muy bien de quién se expone.

Si entendiéramos que vivir en amor es querer ver florecer las plantas que nos rodean y vivir en amor es alejándose de aquellas plantas que no podemos hacer florecer.

El miedo a ser abandonados es lo que nos hace sufrir el abandono.

Si vives con miedo nunca te sueltas, y tú eres quien causa lo que quieres evitar.

En vez de vivir sin miedo y si te quieren abandonar porque no están bien contigo, tú te vas antes y feliz y contento.

Tienes miedo a que te abandonen porque crees que tal y como eres, no eres suficiente y empiezas a actuar diferente.

Más sumiso.

Más reproches.

Más querer agradar.

Más renuncias.

Y todo esto hace que te cargues lo mismo que quieres evitar inconscientemente y no sabes cómo evitarlo.

Lo hacemos al revés.

No sabemos jugar el juego del amor.

El amor necesita de rechazos y de abandonos para poder encontrar el amor.

El amor necesita de rechazos y de abandonos.

Recuerda el juego del puzle.

Necesitas probar donde encaja tu pieza en todos los lugares posibles para poder encontrar el lugar donde si encajas.

Necesitas intentar encajar y si no encajas necesitas salir rápido de este lugar para seguir probando en otros lugares.

Un juego de 1000 piezas de puzle, necesitas probar una pieza en 999 lugares previos.

Necesitas muchos rechazos e igual de abandonos menos uno para encontrar tu lugar.

Entrar por sumar sin que te reste y sin esperar nada a cambio es la clave de todo.

O el juego te divierte o dejaras de jugar y tu puzle nunca se acabara, tu vida en vez de ser un magnífico puzle acabado será un montón de piezas encima de una mesa sin ningún orden ni forma ni belleza.

Si no esperas nada a cambio te permitirás ser tú, porque no esperas ni quieres ningún resultado que el que tenga que ser.

La idea es gozar del proceso sin esperar ningún resultado en especial, porque todos te valen.

El juego es eso.

Probar y salir, probar y volver a salir, probar y probar hasta encontrar tu lugar.

Y después la siguiente pieza.

Y así hasta que el puzle se acabe.

No sabemos jugar al juego de las relaciones sanas.

la vida no nos divierte, la sufrimos y así no se puede jugar a nada que sea divertido.

Relacionarte de manera sana es querer ser la combinación ideal de agua, tierra, humedad, abono, sol y temperatura para que el otro florezca, pero no lo sabes ni podrás serlo, no lo sabrás hasta que lo pruebes.

Si no tienes el valor de intentarlo, si no tienes la fuerza para exponerte, nunca lo sabrás y habrás perdido la posibilidad de tener buenas relaciones en tu vida.

Tienes que tener muy claro que si tú, no eres lo que el otro necesita para florecer, tú tienes la responsabilidad de irte, igual como te has acercado.

Ser un valiente es acercarte y ser un valiente es alejarte si no puedes mejorar la vida del otro.

Recuerda:

«Trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti.» , está bien, pero no es lo correcto.

Es la regla de plata. Aunque a mí me parece más bien de la patata.

Bastante pobre, vamos. No soy el único, por eso existe la regla de oro:

«No trates a los demás como te gustaría que te tratasen a ti»

Mejor, pero insuficiente. Hay norma muy superior a esas dos. 

«Trata a los demás como les gusta que les traten a ellos.»

Y desde aquí te alejarás si no eres bueno para ellos, eso es amor. 

Abandonar es bueno también y aún más si lo haces antes que te abandonen.

El miedo al rechazo es el miedo a quererte

Eres tú quien debe dar el primer paso.

Por amor propio te acercarás a construir relaciones que sean buenas para ti y para el otro.

Pero por amor propio, si no son buenas para el otro o para ti te alejarás, de no hacerlo, perjudicarás y te perjudicarás.

No es fácil.

Saber amar es complicado, pero saberte amar aún es más difícil.

Saber cómo funciona la vida es saber vivir sin sufrir.

Y el rechazo y el abandono es sano, es vida, es amor.

No deberías sufrir ni el rechazo ni el abandono, ni en activa (cuando lo practicas tú), ni en pasiva (cuando lo practican otros).

La palabra que debería aparecer en tu mente cada vez que te rechazan o abandonan debería ser la palabra redirección.

Me rechazan?

aquí no es mi lugar, redirección, sigue intentándolo en otro lugar.

Me abandonan?

aquí no es, redirección, sigue intentándolo en otro lugar.

Hasta cuando?

Hasta acabar el puzle.

cuantas piezas tiene el puzle?

dependen de ti?

como de bonito quieres que sea tu puzle?

de mil piezas?

de cinco mil?

de diez mil?

Cuado más amor propio tengas, más bonito querrás que sea tu puzle y para ello necesitaras más rechazos y más abandonos hasta poder completarlo.

Recuerda una pieza solo cabe en un lugar, pero debes comprobar cuál es este lugar, necesitarás meter esta pieza en muchos lugares antes de poder encajarla bien y sin fricciones.

El poder de la acción

Acercarse y analizar bien la situación y de acuerdo con este análisis, salir rápido si es el caso, es la clave.

Relacionarse bien nunca nadie ha dicho fácil.

Es entender cómo funciona la vida.

Imagina una habitación en la que hay una puerta de entrada y una de salida y la respuesta que quieres está en esta segunda puerta, pero debes entrar por la primera y debes ir hasta la segunda y abrirla, hasta saber realmente si la relación puede funcionar bien, para ambos o para saber que no funcionará.

Cuando quieres relacionarte con alguien deberías arriesgarte a abrir esta primera puerta y aquí te arriesgas a ser rechazado, pero aquí no se acaba el proceso, porque tienes que seguir hasta esta segunda puerta, para saber si puedes nutrir al otro o no.

Si puedes nutrirlo genial, esta era la idea y la intención, pero si no puedes deberías salir por esta segunda puerta y marcharte.

Si comprendes esto, comprenderás que nadie te abandona, nadie te rechaza, eres tú que no quieres estar en un sitio que no puedas nutrir.

Nadie te abandona porque tú te marcharás antes, nadie te rechaza porque no te rechazan a ti, rechazan la idea que tienen ellos de lo que puedes significar tú para que puedan florecer, y esto no depende de ti. 

Igual los otros están equivocados, pero no dependen de ti.

Tú eres bueno no por el hecho que te rechacen o no, sino por el hecho de que te sabes valioso y por ello quieres mejorar la vida de las personas y te acercas sin miedo a intentarlo.

Tú eres bueno porque eres capaz de irte si ves que no puedes sumar en la vida de las personas tal como ellas quieren y necesitan ser sumadas.

Tú eres bueno, no por lo que hagan los otros, sino por lo que haces tú.

Te acercas y asumes que puedes ser rechazado y, aun así, te acercas.

Te alejas y abandonas si ves que no puedes mejorar la vida de esta otra persona.

Lo que han los otros, corresponde a su esfera y no a la tuya.

Si no no puedes nutrir y no eres capaz de alejarte, es normal que te abandonen.

Tienen que abandonarte por su bien y tú deberías quererlo.

Por ello el abandono es bueno, y si es bueno, ¿por qué sufrir por alguna cosa que es buena?

Pero todos vivimos con muchos miedos y también hay mucho rechazo automático por miedo, por experiencias pasadas con personas que las intenciones no eran de amor, sino de abuso.

Y en estos casos, no es a ti a quien rechazan, rechazan a aquellos que no son como tú, rechazan a aquellos que no son capaces de relacionarse buscando sumar en la vida del otro sin esperar nada a cambio, o sea casi todos.

No te rechazan a ti, rechazan a todos los que no son como tú, pero como no saben cómo eres tú, por eso te rechazan.

El temor al rechazo

Nadie te rechaza si tú no te rechazas a ti primero.

Hay pocas personas que saben que es el amor.

La mayoría se acercan a los demás por interés propio y a saquear, si tener en cuenta los intereses y las necesidades reales de las personas con las que se pretenden relacionar.

Muchos rechazos que vivirás no son por cómo eres tú, sino cómo por cómo han sido las experiencias previas de con quien te querrías relacionar.

Pero si supieran quién eres realmente, nunca serias rechazado, pero quien te rechaza no lo sabe, ni puede saberlo, no te rechazan a ti, rechazan su incapacidad de lidiar con una hipotética mala relación de la que no puedan escapar bien parados.

Hay más motivos del porqué puedes ser rechazado, pero ninguno tiene que ver contigo.

El rechazo no dice nada malo de ti.

El rechazo no dice nada malo de ti, dice cosas malas del otro que, sin saber quién eres, te rechaza.

El otro viendo el envoltorio de ti te rechaza, el rechazo solo habla bien de ti, habla de lo valioso que eres que, sin necesidad, se atreve a entrar en la vida de los demás a sumar, sin esperar nada a cambio, porque puede hacerlo, y en caso de que no pueda, se irá como ha venido, dejando solo un rastro de amabilidad y luz.

Dejar de tener miedo al rechazo te permite vivir una vida mucho mejor.

Mucha gente por no ser rechazada no se expone y vive una vida aburrida, gris y pobre y por miedo a ser abandonado o a abandonar mucha gente vive en relaciones pobres y tristes y aquí se quedan.

Y se pierden muchas cosas buenas.

Imagínate tú, en la naturaleza sin mayor protección que la inclemencia del tiempo y ahora imagínate tú en un buen jardín, bien regado, en buena temperatura, buena tierra, buena agua y todo en la proporción que tú necesitas.

¿Te das cuenta de que estarías mucho mejor en una buena relación que solo?

Pero el miedo al rechazo y al abandono te hace seguir en la soledad o en relaciones que no nos nutren ni nos hacen florecer.

Todos podemos vivir en relaciones nutritivas o estar en camino de encontrarlas.

El rechazo social

Pero todos deberíamos estar alejándonos de relaciones en las que no podemos sumar, o abandonando relaciones que no nos suman, o buscando sumar en relaciones que sí podamos sumar, sin que nos resten.

Hay que salir al mundo y entrar en la vida de los demás a enriquecerlo, a enriquecerlo porque previamente tú te has enriquecido y ahora sabes que te toca compartir y regalarlo.

Haciendo esto tan enriquecedor, a la vez podrás enriquecer la vida de los que te rodean, no de todas, esto ahora lo tienes claro, pero sí de muchas, y la suma de todas ellas harán de tu vida y de las personas con las que te relaciones una vida mucho mejor, pero debes estar dispuesto a ser rechazado y a soltar aquellas relaciones que no puedas nutrir.

Tener claro de cada muchos intentos, la mayoría serán rechazo o abandono, pero si además de cada relación que no puedas nutrir la alargas 10 años con las primeras cinco relaciones terminas la vida.

si cada nuevo intento durara un mes en un año has resuelto el tema y has sido capaz de rodearte de buenas relaciones en tu vida.

Tú eres bueno tal y como eres, pero no eres bueno para todos, tienes que encontrar esa planta que florezca contigo.

¿Cómo?

Prueba y error, no hay más.

Prueba y error y seguir probando y persistir.

Los expertos dicen que puedes conectar bien con una de cada mil humanos que hay en el planeta.

Una de cada mil humanos puede conectar contigo a un nivel increíble bien en el ámbito de la pareja como de amistad.

Uno de mil.

Necesitas 999 rechazos para encontrar a tu pareja ideal.

Tienes el valor de afrontarlos?

A que no?

Necesitas 999 malas experiencias con humanos para encontrar a tu amigo del alma.

Tienes el valor de asumirlo?

A que no.

Antes has abandonado y te has quedado en relaciones mediocres que no te nutren ni sabes abandonar y lo mismo con amigos que no te llenan ni te llevan a nada, pero son los que has encontrado en la escuela de pequeños o en el trabajo o en el club social donde vas al gimnasio y aquí te has quedado.

El miedo al rechazo te impide tener una vida extraordinaria.

Y solo depende de ti hacerlo.

Pero antes has abandonado.

Porque no sabes cómo funciona en realidad el mundo.

Necesitas mucho más rechazo y abandono en tu vida si quieres una buena vida.

Necesitas mucho de amor propio para poder sumar y para poder persistir en ello.

Pero no tenemos ni lo uno ni lo otro y nuestra vida navega por la mediocridad, el dolor y el resentimiento.

La vida funciona así, pero de ti depende que sea rápido o infierno.

Superar el miedo al rechazo es aprender a vivir

El rechazo habla muy bien de ti y muy mal del otro si solo es capaz de mirar el embalaje o es incapaz de lidiar con relaciones que no lo nutran, porque se pierde muchas cosas buenas.

Si tú coges 100 euros de tu bolsillo y sales a darlo, habla bien de ti, eres rico, eres generoso, eres valiente.

Ser capaz de querer entrar a una relación, a pesar del posible rechazo, ser capaz de entrar en una relación a sumar en la vida del otro sin que te reste a ti y sin esperar nada a cambio, ser capaz de salirse de una relación a la que no puedes nutrir, es la mejor forma de valor que he conocido y que soy capaz de imaginar.

Si tú haces esto, el rechazo siempre hablará bien de ti.

Si haces esto nunca vas a sufrir si el otro te deja o te abandona, porque tú lo habrás alejado mucho antes si no puedes sumar en su vida.

Si se va, tú nunca sufrirás, porque es lo que quieres, tú quieres sumar y si no puedes sumar quieres que se vaya.

Tú quieres que se vaya quien no puedas sumar, no te puedes decepcionar por algo que tú quieres y que deseas y que si no lo hace el otro, lo harías tú.

No juzgas a nadie, no esperas nada de nadie, cada uno vive su propio proceso evolutivo, no tienes expectativas con nadie, solo quieres sumar y si no sumas, te vas o que se vaya.

Cuando alguien te rechaza, dale las gracias y si puedes pregúntale el porqué.

Dar las gracias porque este rechazo te está enseñando, normalmente te rechazan, no porque el otro sea una mala persona, sino porque tú no sabes conseguir la confianza necesaria para que el otro confíe en ti.

Para que el otro quiera dedicar un tiempo a alguien que no conoce.

Necesitas aprender a iniciar relaciones sin ser rechazado y esto solo se aprende siendo rechazado y aprender de ello en cada interacción.

Ten el valor de iniciar una relación, y si te rechazan aprende de cada rechazo.

Trae una libreta de todo lo que vas aprendiendo cada vez que alguien te rechaza, y verás cómo cada vez te rechazan menos y cada vez confían más en ti.

Si preguntas por qué, no solo aprenderás mucho a no ser rechazado, sino que además te darás cuenta de que no te rechazan a ti, muchos no tienen tiempo, muchos han vivido experiencias negativas y no desean repetirlas, y muchos pobres, no saben cómo lidiar en las relaciones y prefieren no empezar una relación a no saberla cómo terminarla, si no se sienten nutridos por ella.

Y a la inversa, tú quieres sumar en la vida de los demás, pero también quieres lo mismo de los demás en la tuya, sabes marcharte si no sumas en la vida de los demás, pero también sabes marcharte si el otro no suma en tu vida y lo haces con amabilidad, sin rencor, sin juicio, sin culpa, con amor, con respeto, pero te vas.

El rechazo genera obsesión

¿El problema cuál es?

Cuando no eres generoso o cuando tienes miedo.

No te expones por miedo a ser rechazado o porque estás tan centrado en ti, que eres incapaz de levantar cabeza y ver todo lo que puedes aportar en la vida de los demás.

Cuando no eres capaz de dar este primer paso y acercarte, cuando no sabes crear puentes, tu vida se vuelve gris, pobre, triste y aburrida.

El victimista sufre el abandono y culpa al otro cuando la víctima en realidad es el otro…

Creemos que el rechazo y el abandono en malo y es un error gravísimo de percepción que nos inmoviliza.

Nada mejor que el rechazo y el abandono para poder crear y tener relaciones nutritivas.

Si pensamos que si nos abandonan es malo, también tendremos problemas en abandonar si no somos nutridos y nos quedaremos en relaciones de sufrimiento.

Si pensamos que si nos abandonan porque no sumamos es bueno, ya que es lo que queremos, tendremos menos problemas en abandonar.

Deberíamos cambiar la palabra abandonar también.

Se abandona a un perro, pero a una persona se libera.

Nunca abandonas a nadie, le liberas de una relación que no sería buena para él, porque no es buena para ti.

Nunca rechaza a nadie, te libera de una relación que no sería buena para él y que acabaría no siendo buena por ti tampoco.

Rechazo y abandono son por fin un canto a la libertad y al bienestar.

Si comprendiéramos que no puedes nutrir a todos, si comprendes que alejarte de aquel que no puedes nutrir es un acto de amor.

Si comprendes que alejarte de quien no puede nutrirte es un acto de amor también, dejaríamos de sufrir por el abandono, comprenderíamos que no abandonar cuando no somos nutridos es precisamente la crueldad que deberíamos evitar.

En el fondo damos la vuelta a todo y si volvemos al ejemplo de la planta que es el otro y de la mezcla de tierra abonada, temperatura, sol, humedad y aire que seríamos nosotros en una proporción determinada que en ningún caso podemos modificar.

Nos daríamos cuenta de que si somos capaces de nutrir a la planta que queremos amar es genial quedarse allí, pero si vemos que la planta cada día es más pequeña, más seca, se pudre y sufre, antes de verla morir, es un gran acto de amor marchar y liberarla de ti, por buenas intenciones iniciales que hayas tenido.

Y al revés también, si tú eres planta y estás sufriendo en un sitio que hace demasiado sol o demasiado frío, o demasiada agua, si no estás en el sitio que te corresponde por la planta que eres y quien te facilita todo esto sigue allí, eres tú quien tienes la responsabilidad hacia ti de marchar, es amor, marcharte es amor también.

Y si el otro no entiende esto, si el otro lo sufre, si el otro se victimiza, si el otro te culpa, si el otro te hace responsable de su sufrimiento, este otro no ha entendido nada de nada y necesita sufrir para que pueda entenderlo cuando se canse de sufrir.

El rechazo es un acto de amor, no sufrir el rechazo es un acto de amor, abandonar es un acto de amor, ser abandonado sin sufrirlo es un acto de amor.

El miedo al rechazo te está avisando

Cuando alguien sufre el rechazo o el abandono, es un sufrimiento que está avisando a quien lo sufre que alguna cosa en su vida debería cambiar.

Cuando alguien sufre por ser rechazado o abandonado, esta persona es, en realidad, solo un adicto a ti, un necesitado.

Y precisamente lo mejor que puedes hacerle a un adicto es quitarle la droga que cree necesitar y que realmente no necesita.

Nadie necesita relaciones-droga.

Las personas estamos bien en relaciones nutritivas, pero no necesitamos en ningún caso relaciones droga.

Pero lo triste es que los humanos nos relacionamos así.

Por adicciones.

Y como somos todos muy hipócritas, le decimos a la adicción, amor, y así nos quedamos tan anchos y sin tener que cambiar nada en nosotros.

Decimos que amamos a aquella planta que no podemos nutrir y preferimos seguir allí y que muera, a salvarla marchando o dejando marchar sin manipulaciones varias.

Y aquí viene el problema real, lo es adicción camuflada de amor.

Tú solo puedes amar si eres autónomo, si eres autosuficiente, si necesitas al otro no podrás amarlo, porque no te vas a ir si no eres bueno para él.

Son los victimistas, las personas que menos saben amar del universo.

Utilizan todas las formas posibles para retenerte en aras del amor.

Son lo opuesto al amor, pero ellos ni se dan cuenta.

Los victimistas, los que siguen en una relación que no pueden nutrir, son los auténticos depredadores, que deberías alejar de tu vida sin culpa ni pena.

Un punto de realidad

Hasta aquí, hemos montado un mundo ideal, un mundo utópico de cómo deberían ser las relaciones, pero en el mundo real las relaciones no son así.

El mundo real es como una selva en la que vivimos rodeados de leones, que te quieren para cenar, te quieren esclavo, te quieren sumiso, te quieren útil, te quieren disponible, te quieren que digas sí aunque tú quieras decir que no, te quieren que hagas lo que ellos quieren y necesitan y si no haces todo aquello que interesa a los que te dicen amar, vivirás rodeado de acusaciones, críticas, desprecios y culpa.

Ver al otro, como una planta delicada, que puedes ayudarla a florecer, si puedes ayudarla a florecer, y si no, la dejas tranquila en su mundo, es lo que te estoy ofreciendo en este artículo.

Es fácil saber si la planta que quieres cuidar florece junto a ti.

Mírala simplemente y lo verás.

Si está feliz, si está plena, si se divierte contigo, si quiere estar contigo, si te busca, si se siente viva contigo.

Es fácil saber cuándo puedes hacer que una planta florezca en todo su esplendor.

Eso es el amor.

Pero así no miramos, ni nos miran, miramos una cartera caminando, vemos un envoltorio que nos gusta, vemos a alguien a quien poseer, queremos alguien para manipular a nuestro favor, a alguien a utilizar, y a muchas de estas acciones le llamamos amor.

Y así nos va.

Nos falta mucho, demasiado, pero es bueno saber que hay otros caminos, otras formas de relacionarnos, de vivir, con más paz, con más calidez, con más amor.

Pero de lo que os hablo también necesita tener mucho cuidado.

No puedes nutrir a todo el mundo.

Tu combinación de cosas buenas puede dañar a una planta que no necesite eso, que tú eres.

Tienes que probar y mirar, debes estar atento, debes cuidar porque eso que tú eres también puede matar a la otra y antes de que pase, deberías parar y marcharte.

Antes de que el otro sufra y te abandone, tú deberías marcharte, es tu responsabilidad y no lo hacemos nunca.

En nombre del amor.

Culpamos al otro, despreciamos a quien nos despide, suplicamos al que nos abandona, manipulamos a quien nos quiere sacar de su vida, cuando deberíamos tomar conciencia de que nosotros deberíamos haber estado más atentos y salir antes, con respeto y con amor, entendiendo que tú, no puedes hacer florecer todas las plantas del planeta, sino unas pocas y es tuya la responsabilidad de encontrarlas, pero también es tuya la responsabilidad de alejarte de todas aquellas que no puedas nutrir.

Pero claro, la vida es compleja y solo sabes a quién no puedes nutrir, una vez lo pruebes.

Por eso debes tener mucho cuidado, no puedes amar a todos aquellos que quieres amar y a los demás les pasa igual, no todos pueden amar a quienes quieren amar, incluso a ti y deberías saber también alejarte tú.

Decimos amor a cualquier cosa, pero abandonar a alguien es uno de los mayores actos de amor que conozco.

Ser abandonado por alguien, es un acto de amor también y como tal deberías agradecerle y no sufrirlo.

Pero repito, todo esto es utópico.

No lo encontrarás a tu alrededor, y deberías aprender a protegerte sin caer en su trampa.

Ahora sabes cómo se hace, ahora sabes que rechazar y abandonar es liberar y liberar es amar también.

Ahora cuando abandones no sentirás culpa, porque sabes que es amor.

Cuando te abandonen, no sentirás tristeza ni sufrimiento, ni rabia ni desprecio porque sabes que también es amor y que tú deberías haber estado más atento y haber marchado tú antes de ser abandonado.

Pero el mundo que conocemos todo esto es física cuántica, no lo entenderán, al menos en los próximos dos mil años, ahora tú lo sabes, solo necesitas protegerte del amor-droga-adicción y saber cuándo y donde y con quien floreces y con quien no.

No te creas las palabras, mírate a ti y observa si estás floreciendo o muriéndote.

Desconfía de los que te dicen que te aman y mira sus hechos y sobre todo mira lo que tú sientes, si te sientes nutrido vas bien, si floreces vas bien, si sientes sufrimiento dentro de ti no vas bien, no es esta relación la que tú necesitas, y si el otro no se da cuenta, que no se dará cuenta, es más intentará seguir, intentará suplicar, intentará hacerte sentir responsable, culpable y mala persona, tú debes ser consciente y marcharte.

Y lo mismo que quieres para ti, deséalo para tus relaciones.

O sumas en ellas o lárgate antes de que te abandonen o sufran sin poder abandonarte y potencies en tu vida una relación triste.

Abandonarla antes que abandonarte, antes de que tu planta muera, tú eres responsable y el otro no hará nada por ti, te dirá que sí, pero tú no sientes así, y si no sientes así, esto es.

Tú eres una planta delicada y que has venido a este mundo a florecer y a crear tus frutos y las relaciones que tengas deben ser relaciones que te nutran y que permitan esto, si no es así, deberían abandonarte, y si no lo hacen, tú deberías marcharte, esto es amor.

Pero no es tan fácil, muchas veces sabes que no te sientes nutrido, pero para evitar ver sufrir al otro que amas, prefieres morir tú.

Por eso, es tan peligroso alargar relaciones que no te nutren demasiado tiempo, por eso, es tan peligroso relacionarte en general, porque pocos saben amar bien y es fácil sufrir.

Vistas las creencias de la sociedad, mi consejo es que vayas poco a poco y a la mínima que veas que no es tu sitio te marches sin dar demasiadas explicaciones porque tampoco las entenderán.

Es muy fácil quedarte enredado, con la excusa del amor, el compromiso y la pena y la realidad es demasiado complicada.

Queda con el mensaje principal, intenta relacionarte con los demás con la sana intención de sumar en sus vidas sin que te reste en tu vida y sin esperar nada a cambio.

Si vives así, el rechazo y el abandono ya no serán elementos negativos, sino muy positivos, ya no sufrirás más ni un rechazo ni un abandono, quédate con esto.

Leía el otro día que las personas más felices son las mujeres solteras, sin hijos y autónomas.

¿Por qué será?

Quien rechaza tiene todo su derecho y además es bueno para él y para ti.

A una persona mayor de edad, nunca se le abandona, se le libera, solo se abandonan a los perros, nunca a una persona libre mayor de edad con plena capacidad para hacerse cargo de su propia vida.

Tienes derecho a rechazar como relación, a todos aquellos que creas conveniente y no por eso debes dar explicaciones.

El paternalismo, el buenismo y el victimismo de esta sociedad enferma, tiende a confundir los términos y deja como malos a quienes eligen no seguir en una relación que ya no los nutre y es básico entender y comprender que quien hace esto en ningún caso hace ningún mal a nadie, al contrario.

El «malo» es aquel que sabiendo que no nutre a la relación que tiene no se aleja antes de que sea abandonado.

La realidad es contraria a lo que han intentado programarnos en nuestras mentes y los términos son los contarios y nos hacen ver a la víctima culpable y al culpable como víctima.

La aparente víctima «abandonada» en realidad es el «malo» que debería haberse ido antes de ser abandonado.

La víctima es quien abandona, porque al no sentirse nutrida por el otro, es lo que debe hacer.

Todo es al revés.

El rechazo y el abandono es bueno.

Quien abandona es el bueno.

Quien es rechazado es el bueno.

Todo al revés.

Lo que siempre hemos visto como víctima, en realidad es el verdugo, en realidad es un acosador, ya hemos hablado ampliamente de ello en otros lugares de la toxicidad de la mal llamada víctima.

Culpamos al que nos rechaza y no tiene ningún sentido, el otro hace lo que cree más conveniente con su vida y que deberías respetar, el otro tiene derecho a escoger sus relaciones y a escoger cuál es el filtro que aplica en ellas.

La mayoría vigila mucho con quienes se relacionan, porque saben que la calidad de su vida depende en gran medida de la calidad de sus relaciones.

Cuanto más te respetes a ti, más escogerás bien tus relaciones, como eliges la comida que tomas, las bebidas que tomas, la ropa que te pones, el oficio que quieres aprender y la profesión que desarrollas.

Escoger bien tus relaciones, es escoger bien la vida que quieres para ti, por eso es tan importante ser rechazado y ser abandonado y saber rechazar y saber abandonar, porque puedes encontrarte en una vida llena de relaciones que no te interesan ni te aportan lo que tú quieres y te conviene o que no conviene a los que te relacionas.

Y así no se construye nada bueno.

La vida es la que es, y si es así, es como debes vivirla y aceptarla, la realidad es que, cuantos más rechazos vivas y más abandonos tengas, y más rechaces y más abandones más podrás elegir y menos serás rechazado, y mejores relaciones vivirás.

Es la realidad.

No culpes a nadie.

Cuanto más amor propio seas capaz de construirte, menos relaciones necesitarás para vivir en paz y bien, solo con la tuya tendrás suficiente.

La gente se relaciona por interés y está bien que así sea, por interés propio y cuando es mutuo es cuando, las relaciones suelen funcionar.

Yo te doy, tú me das y si es justo el trato, la relación funciona.

Yo te doy, pero te exijo que tú me des, de lo contrario, adiós.

Yo propongo una manera parecida, pero distinta y soy consciente de que posiblemente no sea la mejor para la mayoría.

Pero sea como sea, quien te rechaza porque no le interesas, no debería ser drama alguno, seguramente como mejores relaciones tienes, mejor será tu vida, pero no te garantiza que sea buena.

Apuesto por relaciones menos interesadas, más enriquecedoras, menos tensadas, menos exigentes y más abiertas, pero claro, también abro la posibilidad a más sufrimiento, abres las puertas de tu castillo y permites entrar en él a personas que no conoces demasiado bien y te arriesgas a tener que rechazar y abandonar o a que te rechacen y te abandonen.

El mundo es dual.

A mes riesgo, más beneficio.

A mes rechazos y abandonos, mejores relaciones tendrás.

En el mundo que vivimos, cuanto menos necesites mejor vivirás, en todo caso, el rechazo es lo más normal y necesario, cuando se trata de intentar conseguir lo que quieres, porque todos tenemos las puertas del castillo cerrado y solamente permitimos que entren personas muy conocidas y que nos aporten.

El rechazo es normal, es necesario y es bueno, es señal de que intentas conquistar nuevos castillos, a pesar de que de la mayoría, te saquen a coces, persistir y aprender es el camino.

Habla bien de ti intentarlo, hablaría mal no intentarlo, en cualquier caso, cuanto menos necesites mejor irás.

El abandono es más de lo mismo, todo cansa, también las relaciones que no suman demasiado terminan agotando, las relaciones duran un tiempo.

Básicamente, nos relacionamos con la pareja, los hijos, los padres, los hermanos ya menos, dos amigos si sus mujeres lo permiten, y pasas el día trabajando y haciendo clientes o simplemente trabajando.

Terminas cansado, reventado, no tienes ganas de más, si algo ahora hay, es que la gente no se relaciona a menos que sea por interés, son relaciones simples, fáciles, circunstanciales, superficiales y fugaces, las profundas cansan, agotan, ya nadie las quiere.

Pero muchas veces nos rechazan porque no sabemos más, nos falta energía, nos falta práctica, faltan ganas, nos falta trabajar nuestra actitud y nuestro aspecto y en muchos casos nos falta una propuesta de valor atractiva.

En muchos casos solo la práctica nos permite ser menos rechazados, solo siendo rechazado y aprender de ello, aprenderemos a no ser rechazado, pero siempre te rechazarán mucho.

La vida funciona así, bien porque no quieren más relaciones, bien porque no sabemos gestionarlas, bien porque no tenemos tiempo y está bien así, pero en ningún caso ser rechazado habla mal de ti.

Muchas veces te rechaza a gente que nada tiene que ofrecer, es una suerte que sea así.

En cualquier caso aprender a lidiar con el rechazo y aprender a gestionar el abandono te hará más libre.

Libros que deberías tener en cuenta para poder ser más feliz

Bibliografía

Estos autores me han inspirado para crear este post

  1. Christopher Ryan y Cacilda Jetha ( 2012). EN EL PRINCIPIO ERA EL SEXO: LOS ORIGENES DE LA SEXUALIDAD MODERNA. COMO NOS EMPAREJAMOS Y POR QUE NOS SEPARAMOS. Editorial Paidos Ibérica.

El miedo al rechazo se puede gestionar

Podéis ser felices si aprendéis a gestionar adecuadamente vuestras emociones y expectativas.

Nadie ha dicho que fuesen fáciles las relaciones y el buen amor, pero es posible.

Es posible hacer las cosas bien, si uno se esfuerza, aprende y lo aplica, y por eso estoy aquí para acompañaros en este camino.

El buen amor hará que podáis vivir una buena vida juntos, si existe ese buen amor entre vosotros y el buen amor hará que os podáis decir adiós si no estáis en el lugar adecuado.

Y este adiós os permitirá llegar a un sitio de paz, que no lo dudéis, ni un momento que existe en este mundo para cada uno de vosotros con alguien que os está esperando.

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Per MariCarme M. Moliné

Psicóloga de Terapia de Pareja en Vic

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