Encontrar pareja en Tinder si eres mujer
La respuesta la tienes en la segunda línea:
Elige al feo.
¿Por qué deberías elegir al feo?
Mira,
Hoy te quiero hablar de Tinder o de cualquier otra manera de ligar que sea fácil y cómoda para ti.
En principio las cosas fáciles no me gustan nada.
Pero nada.
Pero eso del Tinder es superdivertido si eres mujer.
Si eres hombre, olvídate del Tinder.
Si eres mujer, Tinder será siempre la mejor forma de elegir una pareja para ti, siempre que sepas hacerlo bien.
Pero la mayoría lo hacéis mal.
Muy mal.
Y claro, como siempre, la culpa la tiene Tinder o los hombres.
Tinder es un negocio curioso.
Para Tinder, su mayor negocio son los ingresos que cobra a los hombres; sin embargo, en realidad, y al contrario de lo que parece, el cliente es la mujer y el hombre es el producto.
El hombre, el producto, sí.
Tinder es un negocio donde las mujeres compran y el producto que compran son hombres, que curiosamente son los que pagan para ser comprados.
Es curioso.
No obstante como siempre, el cliente compra bastante mal.
No compra lo que necesita, sino lo que cree que necesita y así no va.
Te explico la dinámica en Tinder.
En Tinder hay muchos más hombre que mujeres.
Muchísimos más, como una mujer por cada 13 hombres.
Además, los hombres hacen like a la mayoría de las mujeres (por eso son hombres, les gustan todas)y las mujeres a una minoría, pero esa minoría es difícil de gestionar.
Sin embargo, ¿cuál es el problema?
El 90 % de las mujeres eligen al mismo 10% de hombres.
Hay pocos hombres elegidos, la mayoría no se comen un rosco, pero hay una minoría que tienen muchas opciones, demasiadas.
¿Cuál es el perfil del hombre que eligen las mujeres?
Hombres de la misma edad que la mujer y a poder ser unos pocos años menos.
Hombres bien parecidos, con estatus y con habilidades sociales.
¿Y qué pasa cuando el 90 % de mujeres elige al mismo 10% de los hombres en una plataforma donde hay un 90 % de hombres y un 10 % de mujeres?
Pasan muchas cosas.
Demasiadas, y pocas buenas.
La primera es que las mujeres tienen citas con hombres atractivos para ellas.
Bien.
La segunda es que estos hombres atractivos tiene muchas opciones.
Demasiadas.
La tercera es que el hecho de que un hombre tenga demasiadas opciones de mujeres atractivas no es muy bueno para las mujeres.
Y aquí es donde se producen las decepciones.
Primeras citas increíbles, buenas experiencias, buen sexo, pero en poco tiempo este hombre maravilloso, atractivo y con estatus y un poco más joven que ella desaparece.
Bueno, no es que desaparezca, es que se va con otra, con otras.
Tinder es una fiesta para hombres atractivos con estatus y que quieren relacionarse con mujeres de su edad o un poco más mayores que ellos.
Pero es una carnicería para ellas.
Corazones rotos, ilusiones rotas y un sentimiento generalizado que los hombres son unos hijos de puta.
Cuando en realidad esos hijos de puta en principio son solo un 10 % de ellos.
No es que todos los hombres sean unos hijos de puta, es que un 10 % de hombres con demasiadas opciones hacen lo que haría cualquier hombre con demasiadas opciones.
Volverse loco.
Pero claro, quien lo sufre es el 100 % de los hombres, porque son los hombres normales, sin muchas opciones, sin ser muy guapos ni con mucho estatus y quizá un poco más mayores que ellas y que además van con buenas intenciones, son los que pagaran las consecuencias al relacionarse con una mujer decepcionada y desconfiada con los hombres, porque ha habido hombres que le han hecho sufrir.
Cuando aparezca un buen hombre con buenas intenciones, la mujer no lo verá y lo tratará como si fuera uno más de los que la han hecho sufrir.
Tinder es una carnicería de decepciones para todos, hombres y mujeres, menos para los hombres atractivos con estatus y habilidades sociales que quieran relacionarse con mujeres de su misma edad o más mayores.
Pero estos hombres satisfechos tampoco existen en realidad.
Cuanto más atractivo y estatus y habilidades sociales tenga un hombre, más preferirán una mujer más joven.
Total.
Nadie sale realmente contento.
Nadie.
Pero tú podrías salir contenta si me hicieras un poco de caso.
Mira.
Son pasos muy sencillos.
El primero es fácil.
No hagas like a esos hombres atractivos con estatus y que parecen supersimpáticos con grandes dotes y habilidades sociales, y empieza a mirar bien que hay detrás de cada fotografía.
A sentir que historia tiene realmente este hombre, que puede sentir, cuáles son sus anhelos, sus sueños, sus miedos.
Empatiza.
No es una foto más, no es un like o dislike más, es un ser humano, como tú.
Y a leer, sobre todo lee lo que dicen.
Y desde aquí empieza a hacer likes.
Busca conocer a una persona, a un humano, sin más intención que conocerlo de verdad.
Serán hombres con pocos likes, con pocas citas, con ilusión.
Y habla con ellos.
No mucho por el chat, no pierdas mucho tiempo.
Deberías sentir en pocos minutos cosas buenas o cosas malas.
Si son buenas, queda con él a tomar algo.
Y lo conoces.
Habla con él y deja tu máscara y tu calculadora en casa.
Y dile quién eres, que sientes, que quieres y con que sueñas.
Dile la verdad.
Y róbale eso mismo a él.
A las buenas o a las malas.
Mátalo si es necesario.
Pero sácale eso mismo que tú le has dado.
Su verdad.
Y aunque te guste.
0 sexo.
0 sexo.
0 sexo.
Hasta que hayas conocido a 100 como él.
100.
Ni uno más ni uno menos.
No hay prisa.
No hay necesidad.
No hay expectativas.
Por una vez no estás buscando nada, ni quieres nada ni esperas nada.
Por una vez vas a mirar a ese hombre con otros ojos.
No busques belleza, ni dinero, ni estatus.
100
Deja tu perfil ideal de hombre en casa y diviértete con un ser humano que no es ni mejor ni peor que tú.
Busca apreciar a cada uno de ellos por lo que es.
Pero 0 sexo.
0 sexo con todos ellos.
Mantén una relación con todos ellos hasta haberlos conocido todos 100.
Y ni te imaginas lo divertido que puede ser.
Y lo que crecerás.
Y lo que aprenderás
Y lo que pase a partir de aquí solos serán cosas buenas.
Solo cosas buenas.
No como cuando hacías like al guapetón de turno rodeado de raquetas de tenis, sonrisas, coches y rock and roll.
Igual no te enamorarás de nadie.
O sí.
Quien sabe.
Pero nadie te hará daño nunca más.