La dependencia emocional en la pareja
Cómo superar la dependencia emocional
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La dependencia emocional en la pareja
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Necesitas mucho amor propio para saber cómo superar la dependencia emocional, porque es imposible relacionarte bien desde la necesidad.
Si usted no tiene una buena autoestima previa, es imposible que puedas tener una relación sana y feliz con nadie.
La solución es cambiar la mirada de afuera a dentro.
Además miedo al abandono más dependencia emocional vas a sufrir
Es imposible que realmente puedas crear una relación de pareja sana, equilibrada y feliz.
Y te diré el porqué.
Ser feliz solo, no es muy difícil.
Ser feliz en pareja es bastante más difícil y requiere unas habilidades y recursos más altos, que encontrar la felicidad en el ámbito individual.
Ser feliz en pareja y con hijos es ya de maestros.
Es imposible pasar al segundo y al tercer escalón, sin haber superado el primero y lo hacemos todos una y otra vez y nos quejamos y sufrimos.
Otra cuestión.
No solo es importante que tú tengas una buena autoestima, sino que tu potencial pareja también debe tenerla.
De lo contrario, también debo decirte que vas directo al más absoluto de los fracasos.
No hay amor suficiente en este mundo para amar a alguien que no se ama a sí mismo.
Y para terminar quiero decirte, que si todavía crees que tu felicidad está fuera de ti, que tu felicidad será esa otra persona, que te amará y serás feliz para siempre, ya estás en otro gran error de principiante.
Nada es más cargante ni pesado, que tener bajo tu espalda la responsabilidad de la felicidad de otro.
Si asumes esta responsabilidad, te hundirás bajo una de las peores cargas que nadie debería asumir, y además estás creando el inicio de una maravillosa-terrible relación, basada en el exceso de dependencia emocional.
Solo si te quieres bien a ti, sabrás:
Sin estas premisas previas, nunca sabrás llevar bien una relación, porque nunca sabrás salir de ella cuando la relación no te nutra.
Si eres incapaz de salir de una relación que te hace sufrir, es de una terrible inconsciencia iniciarla, y un atentado contra tu propia dignidad.
Si no te quieres, si no te has construido primero a ti, no empieces nada con nadie porque sufrirás y harás sufrir.
Si la otra persona, no tiene una sólida autoestima e independencia económica, es fácil que caiga en la dependencia emocional, sufrirá y sufrirás.
Y tengo que decirte algo, pocos se quieren, pocos son autónomos y pocos saben ser felices por ellos mismos.
Confundimos la voluntad con el ser
Una premisa previa que no hemos entendido, confundimos la voluntad con el ser.
Uno no puede elegir de quién se enamora, tampoco puede elegir, que es, lo que le nutre externamente, uno no puede elegir lo que siente.
Y menos elegir lo que siente cuando se relaciona con otro ser humano.
Y lo que es más duro, uno no puede escoger cómo se sentirá mañana o pasado en las relaciones que viva.
Pero saber respetarse, es cuidarte a ti, sientas lo que sientas y actuar en consecuencia.
No podemos agradar a nadie, a menos que este sentimiento se origine en el interior del otro y de acuerdo con su esencia y creencias.
Tenemos la necesidad de agradar, porque no nos gustamos a nosotros mismos y aquí empieza el error.
Tú puedes tratar muy bien al otro, según tu visión de lo que es tratar bien, y el otro no sentirse bien tratado.
Es más, se puede sentir mal por ese trato, puede no sentirse nutrido por ese trato, pero es que además, ese otro no puede elegir sentirse bien o mal.
Además, no depende de ti (tú eres como eres y haces las cosas lo mejor que sabes), la forma en que tratas a los demás está bien, porque tú estás bien, pero ni depende de ti, ni de los demás, sentirse bien o mal por este trato.
Es de locos.
Toda la vida con la culpa, por no hacer las cosas mejor y nada podías hacer mejor.
Toda la vida con el odio, y nada pueden hacer mejor.
Aceptar quiénes somos y que sentimos y lo mismo en los demás.
No sabemos elegir a nuestra pareja
Ante todo debo decirte, que elegimos nuestras relaciones muy mal.
No sabemos elegir a nuestra pareja, elegimos deprisa, impulsivamente y además nos guiamos para hacerlo, en lo que sentimos en la etapa del enamoramiento.
Deberías saber que el enamoramiento, es una simple cascada de hormonas, que favorecen que tú quieras conocer a una persona y que quieras que esa persona quiera conocerte a ti.
El enamoramiento es solo eso, y deberías tener la prudencia de pasar esta etapa sin comprometerte a nada y mucho menos ilusionarte.
Vivir la ilusión, pero nada más.
El enamoramiento es una etapa maravillosa para disfrutarla y conocer y que te conozcan y una vez que las hormonas vuelvan a su sitio, decidir si empiezas una relación de amor o no la comienzas.
Debo decirte para tu consuelo, que no eres el único que elige mal, todo el mundo elige mal y así nos va.
Pero bueno, imaginamos que has elegido bien, que te has enamorado, que has conocido, te han conocido y ahora, ya con las hormonas en su sitio, con la cabeza clara y con una buena autoestima propia y una buena autoestima de tu futura pareja, empezáis con ilusión, una relación basada en el buen amor.
Es, en este punto, donde la dependencia emocional es buena y sana, pero en una dosis adecuada, de lo contrario es el más tóxico de los venenos.
Y créeme, es muy fácil equivocarte en las dosis y en la medida.
Te diré que, en la mayoría de los casos, lo hacemos sin darnos cuenta.
Cómo opera el exceso de dependencia emocional
El miedo al abandono es tener dependencia emocional de la pareja.
El exceso de dependencia emocional tiene su origen, en una creencia tóxica que han programado en nuestro cerebro, y que no hemos cuestionado nunca.
«No puedo ser feliz por mí mismo, y para ser realmente feliz necesito que me quieran»
«Para que me quieran, tendré que hacer cosas, con las que conseguiré que el otro, me ame y así, por fin, seré feliz».
¿Y qué cosas tendré que hacer, y que todos hacemos, sin darnos cuenta, y con las mejores intenciones?
1-Ser una buena persona:
El otro me amará y así yo seré feliz.
Pero se te escapa, que el otro se sentirá agradecido sí, pero también se sentirá deudor, que debe devolver el favor recibido y en su inconsciente, sentirá que algo no le acaba de agradar.
Es lo mismo que cuando te hacen un regalo para tu cumpleaños, te sientes casi obligado a hacer otro, por el suyo.
2- Seré fuerte y protegeré:
Me convertiré en imprescindible en la vida del otro.
Me necesitará y así el otro me amará y de esta forma seré feliz.
Pero se escapa que el otro, se sentirá protegido, es cierto, sin embargo, también se sentirá inútil.
Sentirá miedo, y sentirá que depende de ti, y le puede generar un amor dependiente y ansioso, basado en el miedo a su incapacidad de ser autónomo, y en el miedo a que lo abandones.
Esta actitud comporta también otros efectos secundarios.
Quien es fuerte y atiende a las necesidades del otro sin perjudicar a las suyas propias, es algo que puede ser sano.
Pero quien se hace el fuerte y atiende a las necesidades del otro, anteponiéndolas a las suyas propias, a medio plazo, se diluirá, se anulará y se perderá.
E inconscientemente más adelante, cuando sufra, transformará esa fortaleza enfocada a proteger al otro, en una fortaleza enfocada a castigar y culpar al otro, y acabarás castigando a quien pretendías salvar.
3-Seré rico, joven, guapo:
Me amarán, pero se te escapa que no te amarán a ti.
Amarán lo que tú tienes, no a ti.
Estarán contigo por interés, pero no te querrán.
Tú buscas que te quieran, para ser tu feliz y con esta conducta no obtienes lo que realmente quieres, sino exactamente lo contrario.
Estas tres conductas suelen tener buenos efectos y buenos resultados en un principio.
Y en función de estas conductas hechas con las mejores de las intenciones, ya se definen unos roles dentro de la pareja.
Roles que, como puedes imaginar, no son sanos del todo y que lógicamente, no nutren realmente a nadie y cuando un miembro de la pareja, no se siente nutrido es cuando comienza el sufrimiento.
¿Lo recuerdas?
Además, en una segunda etapa de la relación, cuando estas tres conductas dejan de funcionar, cuando uno de los dos miembros no se siente nutrido, de forma inconsciente, aparece una cuarta conducta que acaba por distorsionar la relación ya del todo.
4–Seré débil y le diré que le quiero mucho.
Si soy débil y amo al otro y padezco, despertaré la empatía del otro, y al activarla, el otro desactivará sus necesidades propias para anteponerlas a las mías y así lo tendré cerca de mí.
Y si con la empatía no tengo suficiente, le haré saber todo el sufrimiento que me crea su conducta y se sentirá culpable, (porque quiere ser bueno) y bien por la empatía o bien por la culpa le mantendré cerca.
El victimismo sin duda es la conducta más efectiva y que más efectos destructivos tiene, para ambas partes de la relación.
Esta actitud victimista hace sentir malo al otro y hace que se sienta responsable de la felicidad del otro.
Pero lo que genera realmente, es que le diluye, lo anula, lo acorrala y lo autodestruye.
Y una persona destruida solo genera lo que tiene, lo que es, destrucción, y en un juego de espejos es lo que acaba haciendo al otro:
O,
Contra uno mismo, en un bucle que se retroalimenta sin fin.
¿Te das cuenta de que estas creencias, tan aparentemente inofensivas, y las consecuencias de estas creencias te llevan sí o sí, a relaciones de inseguridad emocional?
Él, «no puedo estar sin ti» solo significa que eres incapaz de ser feliz por ti misma.
¿Te das cuenta, de que es necesario cambiar radicalmente el paradigma, de lo que hemos creído que era, el buen amor?
Entender que la esencia de una relación sana, es la paz que sientes en ella, es sentir la propia autenticidad y en función de lo que tú sientes, actuar.
Miedo a la soledad o a estar solo, no es más que un síntoma de que no has superado la dependencia emocional.
Si lo que sientes, te nutre, te acercas y si lo que sientes, no te nutre, te alejas y los demás lo mismo.
Y no bloquearte, ni bloquear este sentimiento.
Cualquier forma de alterar este movimiento armónico y libre, se llama sufrimiento.
El objetivo es favorecer estados de paz interior, desde un movimiento fluido y desde la propia autenticidad personal.
Observar, entender, aceptar y fluir, con estos movimientos basados en la autenticidad personal y dejar de luchar contra ellos, es la clave del bienestar.
Guía operativa 100% eficaz para superar la dependencia emocional
Yo quiero, yo sé, que tengo que honrarme en todo lo que haga.
Yo soy feliz por mí mismo.
Soy autónomo, tengo objetivos personales y profesionales.
No solo eso, sino que, yo me priorizo.
Yo me permito ser auténtico y libre y así vivo la vida.
Mi vida la viviré a mi modo, quien le guste bien y quien no también.
No tengo prisa, ni tengo necesidad de tener una pareja, porque en mi interior tengo todo lo que necesito para ser muy feliz.
Ahora bien, si algún día encuentro a una persona que:
Me gusta físicamente.
Me conecto emocionalmente en profundidad.
Tenemos valores, gustos y aficiones comunes.
Y además sabe amarse a sí misma, como yo me sé amar a mí mismo y está encantada con su soledad.
Y esos sentimientos, sensaciones y gustos son recíprocos.
Podríamos entrar en una fase de mutua cooperación.
Podríamos entrar en una fase de amistad profunda, y en ella ser aún más felices, de lo que somos individualmente.
De la suma de dos individualidades libres y auténticas, puede salir un crecimiento exponencial para ambos.
Ambos sabemos que uno no puede elegir quién es, ni que siente, y que fluir desde su genuina autenticidad, es la mejor manera de sentirse bien.
Los dos sabemos, que uno no puede elegir que lo nutre externamente y que la única libertad que tenemos, para sentirnos bien, es acercarse a lo que te nutre y alejarte de lo que no te nutre, sin racionalizar demasiado nada.
Ambos sabemos, que solo la intuición, tiene la verdad de nuestra esencia y que deberíamos escucharla con mucha atención, porque ella sabe mejor que nadie, qué movimiento debemos hacer.
¿Qué ocurre si con el tiempo, uno de los dos deja de sentirse nutrido por el otro?
¿Qué ocurre si con el tiempo uno, de los dos no puede evitar no sentirse nutrido por el otro, en la relación que han creado?
En estos casos es clave aplicar sabiduría, desde una muy buena autoestima personal.
Ambos tienen muy claro cuál es la realidad y las creencias que deben hacer valer:
El que sí se siente nutrido por el otro, no quiere que el otro no se sienta nutrido por él, ni que sufra.
El que sí se siente nutrido, no quiere que su autenticidad, no nutra al otro.
El que sí se siente nutrido, sabe que si el otro no se siente nutrido, acabará primero sufriendo y después sin darse cuenta le culpará y finalmente si se honra a él, tendrá que alejarse.
Y es precisamente por ese modelo mental tan lúcido, tan libre, tan noble, que se actúa sabiamente:
Quien Sí se siente nutrido, se anticipa y es él, quien rompe la cooperación que han creado, es él quien se aleja.
Quien Sí se siente nutrido, no espera que el otro, que no se siente nutrido, sufra, y deje la relación sino que se avanza.
Nada es más amoroso que ese acto.
Nada hace menos daño a los dos, que ese acto.
Nada es más inteligente, que ese acto.
Nada es más digno, que ese acto.
Pero nadie lo hace.
Hacemos exactamente lo contrario.
Ni nos tratamos bien a nosotros mismos ni tratamos bien a quien queremos amar.
Aprender a jugar ajedrez, aprender a anticiparse es importante:
Todo esto es lo que nos evitaremos, si actuamos correctamente, si cuando sentimos que nuestra autenticidad no está nutriendo al otro, nos alejamos.
Pero hacemos lo contrario.
Quien no se siente nutrido en una relación, se culpa por no sentir bien, se siente responsable de sus sentimientos e intenta forzarse, intenta sentir bien, intenta que, lo que el otro hace desde su autenticidad le haga sentir bien y se fuerza, y sufrirá.
Ambos saben, que nadie puede elegir por quién puede sentirse nutrido y ambos saben, que quien no se siente nutrido por el otro miembro de la relación, sufrirá.
Y al sufrir uno, si el otro se da cuenta y no se aleja por miedo a la pérdida y siente que la relación está en riesgo, es fácil, si no tiene una buena autoestima, que se victimice.
Acentuará la culpa en el otro, lo que acentuará el sufrimiento en ambos miembros en un bucle que solo tiene dos salidas.
Bien la destrucción de los dos miembros de la pareja en una relación de dependencia emocional, bien en el alejamiento de uno a causa de un exceso de sufrimiento.
Por eso nada es más sabio que acabar con el sufrimiento lo antes posible, perder la esperanza es lo primero que deberíamos perder en una relación donde uno no se siente nutrido por el otro y evitarnos todo este proceso que acabo de describir.
No hay culpables, porque ambos saben que no se trata de lo que uno hace, sino de lo que el otro percibe en su interior, de lo que el otro hace y nadie tiene ninguna culpa de nada.
Pero quién detecta la situación, si es responsable de encontrar una digna solución.
No depende de lo que haces, ni cómo lo haces, sino cómo el otro lo siente en su interior y nadie puede elegir nada, ni el que hace lo que hace desde su autenticidad y con todo su amor y lo que el otro recibe.
Pero el que sí se siente nutrido, es el que no puede ignorar la realidad, porque sabe que si lo ignora, el sufrimiento hacia los dos, está asegurado.
Solo cabe el adiós, cuando uno de los dos no se siente nutrido por la autenticidad del otro.
El acto más amoroso que puede hacer, el que sí se siente nutrido, es decir adiós, quedarse es sufrimiento asegurado.
Decirse adiós.
Se asegura poder establecer una cooperación, de otra intensidad y además abrirse a un mundo de felicidad.
Y una vez rota la cooperación, cada uno sigue siendo feliz por sí mismo tal y como entraron en la cooperación, con los mínimos daños colaterales, con la máxima dignidad.
Nadie necesita una pareja para ser feliz, por eso una pareja infeliz, no tiene ningún sentido mantenerla.
Además, nada mejor que romper una cooperación que no es nutritiva para ambos miembros, para volver a un estado inicial de felicidad y ponerse en situación y capacidad de abrirse a nuevas cooperaciones, que sí sean nutritivas para ambos miembros de la relación.
Y esto no quiere decir, que entre estas dos personas no se mantenga una excelente amistad, una excelente relación, una cooperación de distinto orden e intensidad, pero será posible porque el daño ha sido mínimo o inexistente.
Lo que crea, una relación de dependencia emocional, es la incapacidad de romper una relación no nutritiva para ambos miembros de la pareja.
Lo que genera el sufrimiento, no es la relación, sino su incapacidad de romperla, cuando no hay felicidad desde la autenticidad mutua.
Ahora puedes empezar a entender la trampa de la dependencia emocional
Nadie es culpable de nada, pero quien no puede nutrir al otro desde su autenticidad, debería alejarse.
Porque quien no se siente nutrido, se siente culpable de no sentirse bien y es más difícil que se pueda alejar.
Debido a que quien no se siente nutrido, de forma automática y debido a las creencias que tenemos, lucha por sentir bien y no puede sentir otra cosa, porque no se puede, nadie puede elegir por quien sentirse nutrido y cómo se fuerza y tiene unas expectativas imposibles sufre, se culpa y sufre, duda y lucha y sufre.
Y cuando quien no puede nutrir al otro detecta este sufrimiento, si no ha podido alejarse, cree que la relación que tanto necesita está en peligro y, en cambio, alejarse, se aferra y se victimiza.
Y esa victimización, crea más culpa en el otro, más empatía en el otro (hace que desactive sus necesidades y las anteponga a la del otro) y le hace sufrir más hasta destruirlo.
Y después, el destruido, culpa al otro, con reproches, discusiones y gritos, porque se siente acorralado y destruido aumentando el sufrimiento en el otro y entra en depresión y angustia, en un bucle sin fin.
La única solución es que quien no puede nutrir al otro se aleje lo más rápido posible (y dependerá de su autoestima, si no tiene, no podrá y se aferrará).
Quien no se siente nutrido, debería cambiar culpa por la autoestima y alejarse a él, pero también dependerá de su autoestima, porque el otro activará el victimismo.
Es un bucle, que se retroalimenta hasta el infinito, hasta destruir a ambos miembros de la relación.
Si tú o tu pareja, no tiene una sólida autoestima, entrar en una relación, en la que nadie podrá escoger que sentirá, cuando la relación se desarrolle después de la ilusión inicial, es asegurarte sufrimiento.
Cuanto más tarde, más difícil es todo.
Entendre que no pots triar.
Entendre que l’esperança és el primer que has de perdre.
Lluitar és un error perquè no és lluitar, és dependre.
Sentir-se culpable de què no depèn de tu i no pots triar és un error.
Entendre que l’única manera que tens per no entrar en un bucle de patiment sense fi ni sense sortida possible és allunyar-se com més aviat millor.
Inseguridad emocional
Cuando entiendes que, respetar la esencia del otro, es no despreciar la propia, empiezas a entender de verdad, de qué va todo.
Repite esto que acabas de leer unas mil veces.
Será lo más útil de todo este artículo.
Ahora entiendes que:
No necesitas nada ajeno a ti para estar bien.
No puedes elegir lo que sientes.
No puedes escoger cómo haces las cosas, porque siempre las haces lo mejor que sabes.
No puedes escoger lo que siente el otro de lo que tú haces, ni el otro tampoco puede elegir, ni lo que hace, ni cómo tú percibes lo que el otro hace.
No depende lo que tú hagas, sino lo que el otro percibe lo que haces.
No depende lo que el otro haga, sino de lo que tú percibes de lo que el otro hace.
No depende de nadie nada, da igual lo que hagas mientras lo que hagas sea lo que tú sientes.
El único valor es la autenticidad mutua y desde ahí aceptar la realidad, la que sea.
Respetar esta realidad, te hará estar bien, no respetar la realidad y forzarla le hará sufrir.
No hay culpables, no existen agresores, no hay víctimas.
Solo hay responsables de la felicidad propia o personas irresponsables de su felicidad.
Solo hay miedo a la soledad y miedo al abandono o fortaleza y seguridad emocional.
Solo existe esclavitud o autonomía personal.
Únicamente hay debilidad emocional o fortaleza individual.
Y ahora sabes, que tu felicidad propia depende de alejarte de aquellos que no puedes nutrir.
Tu felicidad propia depende de alejarte de aquellos que actuando desde tu autenticidad no perciben nutrición.
Ahora sabes que tu propia felicidad, depende de alejarte si lo que percibe en ti el otro, no le nutre.
También puedes dar un paso más y facilitarle al otro una mejor salida, la tuya.
Únicamente puedes alejarte si sabes que lo que percibe el otro de ti, no le nutre.
Y alejándote llegas a la paz, llegas a ti, llegas a un lugar en el que estás bien y feliz, y además te pones a ti y al otro en situación de estar atento, a recibir nuevas cosas de la vida.
Y cuando llegas a ese punto todo es fácil.
Dejas de hacer “cosas” para que te ame nadie, y solo haces esas cosas que te salen de dentro, gusten o no gusten, nutran o no nutran.
Te da igual.
Si nutren, que bien.
Si no lo hacen, te vas y listo.
Te vuelves auténtico, espontáneo, sin miedo a expresar lo que sientes, quieres, piensas y crees y vives en paz.
Te atreves a jugar, a pedir, a proponer, a acercarte y alejarte sin demasiadas explicaciones, ni expectativas ni ilusiones.
Fluyes, te centras en lo que tienes, en lo que vives y generas cada día situaciones que te hacen sentir bien, de acuerdo con la esencia que tú eres, nada necesitas, pero todo te gusta, no esperas nada de la vida, pero haces regalos a la vida todos los días.
Has aprendido que no se trata de amar a nadie, sino de amarte a ti, de honrarte a ti.
Y por fin, has aprendido, a dejar de hacer cosas para que te quieran, porque ahora sabes que nunca servirán para que te quiera nadie de verdad, solo los estabas manipulando.
Has aprendido a saber quién eres ya mostrarte así de auténtico al mundo, sin máscaras, sin fingir quién no eres y sin hacer ya nada para que te ame nadie.
Ya no quieres que te ame nadie, lo que quieres es que los demás se aprendan a amar a sí mismos y a partir de ahí, establecer lazos de cooperación mutua o romperlos.
Has aprendido a vivir libre y liberar a los demás de tus necesidades inventadas y eso es, lo que deseas al resto de las personas que te rodean.
Ya no haces nada para manipular a nadie.
Ya no quieres que nadie te quiera.
Ya no quieres nada de nadie, porque no necesitas nada y te sobra todo y todo lo que te sobra, lo regalas con amor.
Eso sí es amar, regalar lo que te sobra a cambio de nada.
Has aprendido a decir no, has aprendido a alejarte sin culpa ni pena, porque ahora sabes, que es lo mejor para todos.
Has aprendido a alejarte sin culpa ni pena y has aprendido a que los demás, se alejen sin reproches ni expectativas.
Has aprendido que donde no te nutre no es tu sitio ni el del otro, pero tampoco se culpa de nadie.
Nadie puede elegir lo que te nutre, pero tampoco nadie debe nutrirte, ni tampoco depende de lo que el otro haga, porque solo depende de cómo tú percibes esto mismo.
Y cuando aprendes, a alejarte sin culpa, cuando aprendes, a no diluirte, a no negarte, es cuando más puedes brillar, y cuando más brillas es, cuando más posibilidades tienes, que tu autenticidad nutra al otro.
Cuanto más aprendas a alejarte de dónde no te sientes nutrido, más brillarás y más en situación estarás, para nutrir a las personas que te rodean en cada momento.
Pero ya no te importará, porque tu bienestar, no está en nutrir a nadie, sino en brillar intensamente.
Ahora has entendido que nadie puede elegir a quien nutre, ni nadie puede elegir de quien es nutrido, pero ahora ves que tampoco es importante.
Lo importante es, que hayas aprendido a alejarte de quien no te nutre sin culpa, para así poder brillar con tu máxima intensidad, y esa intensidad es, lo que te hará entender, que ya da igual nutrir a nadie, lo que cuenta es la intensidad de tu luz y la de los demás.
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Síntomas de la dependencia emocional
Ahora has entendido que intentar con las cosas que haces hacer feliz a otro es un gran error
Primero, porque no dependerá de lo que tú hagas, sino de cómo lo perciba el otro.
Segundo, porque hagas lo que hagas (ser bueno, ser fuerte, ser útil, ser rico, ser guapo, ser débil), solo llevará al apego y la dependencia, pero nunca al amor.
El amor solamente está en cooperar, si se puede, desde el amor que solo uno se puede autogenerar desde su interior.
cómo saber si tengo dependencia emocional
El juego es otro, comprenderlo es querer bien, es paz.
Todo comienza con uno mismo, con la relación que estableces contigo.
Con las creencias que crees.
Uno se trata bien, uno conecta con su esencia y se permite fluir de acuerdo con ella y con su luz ilumina todo lo que le rodea.
A unos hará bien, a otros les molestará.
Unos se acercarán y otros se alejarán.
Los que se acerquen, a la vez entrarán en movimiento contigo, por unos seré nutrido por otros no, a unos me acercaré y de otros me alejaré, en una danza sin fin, en la que habrá cada vez más luz.
Ya no importa quién nutre a quién, sino la luz que se genera, el movimiento que se genera y todo ello se llama fluir.
Si fluyes y te mueves, acercándote a quien nutres y alejándote de quien no puedes nutrir y los demás hacen lo mismo, hay paz, si no no hay sufrimiento.
La cosa va a moverse, va de cambio, la vida es cambio y el ser humano quiere permanencia.
Si permites, que alguien que no puedes nutrir se quede a tu lado, se sentirá vacío, se diluirá, se quedará sin fuerzas, se sentirá mal y si no es capaz de alejarse, te acabará culpando y recriminando.
Y si te culpa a ti, te sentirás mala persona y querrás reparar el daño causado y cómo no podrás, porque no puedes nutrir a nadie.
Porque no depende de ti, ni tú puedes elegir a quien puedes nutrir, sino de cómo el otro percibe lo que tú haces y eso no depende de ti, ni del otro, porque el otro, no puede elegir lo que le nutre, acabarás frustrado.
Y lo mismo vale, si no te alejas de quien no te sientes nutrido, todo afán de no fluir termina con sufrimiento.
No puedes elegir a quién nutres, ni de quién te sientes nutrido, pero si depende de ti, alejarte o acercarte e iniciar un movimiento, que lleve a los dos, a su auténtica esencia interior.
Solo puedes hacer algo para fluir.
No puedes elegir quién, ni que, ni cómo, ni durante cuánto tiempo, pero sí puedes elegir quedarte quieto o moverte y en esto consiste al fin el buen amor.
Acercarse a quien te nutre y nutres y alejarte de quien no te sientes nutrido oa quien no puedes nutrir.
Ahora sí que empiezas a entender el funcionamiento de la vida, cómo se mueve la vida.
Si quieres querer bien a alguien, deberías dejar de hacer cosas para ese otro y empezar a hacer cosas para ti.
Nada que tú hagas puede nutrir al otro, a menos que ese otro perciba en su interior que lo que tú haces, potencia su propia esencia, su luz.
Aprende a amar bien al otro, deja de hacer cosas por ese otro y haz cosas para ti.
Centrarte en ti.
Este es el secreto de cómo superar la dependencia emocional.
Lo que nutrirá al otro, no es lo que hagas por el otro, porque lo condicionas (deudor, dependiente, interesado, culpable, maltratador), lo limitas, lo fuerzas, sino lo que hagas por ti.
No es lo que haces, sino lo que el otro siente de lo que tú haces, y si tú haces cosas por el otro, es fácil caer en la manipulación, lo haces inconscientemente, sí, pero duele.
Si solo haces las cosas para ti, evitas esta manipulación y pones las mejores condiciones para que tú brilles en tu máximo esplendor y hagas lo que hagas, como no depende de lo que tú hagas, sino de lo que el otro percibe, y esta percepción tampoco depende de la otra persona lo que pueda sentir.
Cuanto más brilles tú, en mejores condiciones estarás para poder nutrir al otro.
Aquí, más que en ninguna otra parte, ahora entiendes que el camino del amor al otro, es el camino del amor hacia uno mismo.
Cuanto más te quieras más brillarás y cuanto más brilles más podrás nutrir al otro.
Ya no buscas nutrir al otro, ni al otro se siente condicionado por tus expectativas.
Tú brillas por ti mismo, el otro puede sentirse nutrido por ti y a través de esta nutrición, puede brillar aún más de lo que haría con su propia luz.
Dejando de querer amar al otro.
Liberas al otro.
Centrándote en ti.
Amándote solos a ti, te sitúas en las mejores condiciones, para que quien quieres amar, brille como nunca ha brillado.
ACERCARSE A QUIÉN BRILLA Y QUE TE NUTRE Y ALEJARTE DE QUIEN NO TE NUTRE Y QUIEN NO BRILLA
Normalmente, las personas se alejan de aquellas personas que no les nutren, pero yo te digo que es aún más importante alejarse de las personas que tú no puedes nutrir.
Y te lo cuento:
Si te quedas donde tu luz no nutre al otro, el otro sufrirá.
Y si sufre y no sabe o no puede alejarse, te culpará.
Y al culparte, tu empatía se activará automáticamente y querrás anteponer las necesidades del otro de dejar de sufrir a las tuyas de brillar.
Y al anteponerlas, sin darte cuenta, te diluirás y te apagarás.
Y al apagarte, sufrirás y como no te alejes, tu sufrimiento te destruirá.
Y al destruirte, culparás al otro y lo maltratarás, lo despreciarás, le tendrás ira y los dos terminareis apagados.
Por eso, alejarse, de quien no nutres es tan importante.
No solo tienes que alejarte de quien no te nutre, sino también de quien no nutres y a la inversa.
También el otro debe hacer lo mismo y hacerlo sin culpa, porque nadie puede elegir de quien se siente nutrido, ni a quien puede nutrir.
Acercarse y alejarse en un movimiento permanente.
Y en ese camino, de encontrar tu propia luz y de brillar con tu máxima intensidad, más, este movimiento de acercarse y alejarse, está todo lo que necesitas ,para vivir en paz contigo y en las relaciones que crees.
Así todo fluye.
Luz propia y movimiento hacia la luz que te nutre y movimiento lejos de la luz que no te nutre.
Y todo sin culpas, sin tener que hacer nada para hacer feliz a alguien para que te quiera o no. (no debes manipular ya a nadie, a nadie tienes que hacerle nada para que te ame y así tú puedes ser feliz).
Fluir, alinearte con tu esencia y mostrarla al mundo sin fingir, con autenticidad y así te sentirás en paz y brillarás con luz propia.
Y de esta forma podrás iluminarte a ti, iluminar todo lo que te rodea, nutrir si puedes y si no puedes alejarte, acercarte y que se acerquen o que se alejen si no se sienten bien nutridos.
Esto es el amor, eso sí que es el amor.
Y el amor si algo es libertad.
La dependencia emocional es lo opuesto a la libertad.
El amor real nada busca, nada obtiene y a nadie duele ya todos ilumina.
No puedes elegir lo que te nutre de fuera, pero sí puedes elegir lo que te nutre dentro.
Al fluir desde tu centro, si te centras en hacer lo que a ti te da paz, de forma indirecta y sorprendente, estás creando en el otro un sentimiento muy positivo.
Lo estás iluminando con tu luz, pero no apagas la suya.
No le estás “obligando” ni «manipulando» a nada, y su intuición le está diciendo, sin que él se dé cuenta, que las sensaciones que recibe aquí son buenas.
Y así funciona todo.
Cuanto más buscas el amor del otro menos lo encuentras, cuanto más buscas el amor en ti más encuentras amor en los demás.
Eso sí, no pares de moverte, no pares de acercarte y de alejarte, al fin, todo depende de ti.
Pareja dependiente emocional
Busca a tu luz dentro de ti.
Aprende a autogenerarte esa luz e iluminarás todo lo que te rodea (sin ni siquiera querer) con la máxima intensidad que te sea posible sin perjudicarte a ti.
Acércate sin forzar nada a aquellas luces que te calienten y te nutran y aléjate de las que no sientas esta nutrición, con el mismo respeto y comprensión y que los demás hagan lo mismo.
Y en ese movimiento fluido, sin apegos ni culpas, está la paz.
Este movimiento es, cuando dejas de estar solo, para ser parte del todo y en esa luz que creas y que compartes, sin esperar nada a cambio, está la felicidad y la vida.
Si tienes poco tiempo, aquí tienes un resumen de todo
Cómo hacer que tu felicidad no dependa de nadie es fácil, si has entendido todo este artículo, simplemente crearte una buena vida por ti misma.
Relaciones de pareja saludables, son relaciones de pareja donde la verdad es su bandera, donde les lleve, sin mentiras, sin fingir, sin falsas compasiones.
Las claves para mantener una relación de pareja saludable es tener una pareja fuerte y autónoma y serlo tú también.
¿Cómo debe ser una relación de pareja saludable? Debe ser basada en la generosidad, en la empatía. ¿Puedo satisfacer las necesidades emocionales del otro?, ¿sí?, genial. ¿No?, me voy.
¿Cómo se supera la dependencia emocional? Eliminando el miedo a la soledad, el miedo al rechazo y el miedo al abandono
Superar el miedo en el abandono es superar el miedo.
Miedo a perder es miedo
Síntomas de la dependencia emocional son cuando sufres las relaciones¡.
La inseguridad emocional es inseguridad en ti.
La felicidad depende de la calidad de tus pensamientos.
¿Cómo romper vínculos emocionales sin romperlos? Reconstruirlos en vínculos que sean buenos para ambos.
Si sola no puedes, yo te puedo acompañar
Puedes volver a estar bien, si aprendes a gestionar adecuadamente tu mente.
Es posible. si haces las cosas bien, si te esfuerzas lo suficiente y tienes un buen mentor a tu lado. que te acompañe y te guíe.
Espero. que este artículo te ayude a aprender a vivir mejor.
Psicóloga en Vic