Cómo gestionar una relación de pareja para que sea una relación interpersonal sana

Relaciones de pareja

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¿POR QUÉ LAS RELACIONES interpersonales SON TAN COMPLICADAS?

Cómo gestionar las relaciones de pareja

Es difícil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, pero es imposible encontrarla en otro sitio.

” Arthur Schopenhauer”

Casi todos nuestros males surgen de nuestras relaciones con otras personas.

Las relaciones de pareja son las que más nos harán sufrir y por eso es necesario aprender a gestionarlas correctamente.

Las relaciones interpersonales pueden llegar a ser muy complicadas y como no sepas relacionarte bien, preferirás estar solo que sentirte mal acompañado.

Pero tengo que decirte algo.

No existen malas relaciones interpersonales si las aprendes a gestionar correctamente.

Y las relaciones de pareja son las relaciones interpersonales más profundas e intensas que tendremos a lo largo de nuestra vida.

¿No crees que sería bueno saber cómo gestionarlas a fin de que, tus relaciones de pareja fueran fuente de placer y no de sufrimiento?

En este artículo te explicaré paso a paso cómo conseguir que tus relaciones de pareja sean buenas para ti y para tu pareja.

Verás que no es todo tan fácil como parece, pero tampoco es tan complicado.

Las relaciones interpersonales no son fáciles y menos las relaciones de pareja, pero es posible hacerlo mejor.

Cómo tener relaciones interpersonales más sanas

Una relación de pareja sana empieza por aprender a ser tú, tu mejor amigo

¿Quieres relaciones de pareja de calidad?

¿Quieres relaciones de pareja más auténticas?

¿Quieres relaciones de pareja más nutritivas?

¿Quieres relaciones de pareja que te hagan sentir bien?

¿Quieres aprender a relacionarte bien, incluso con tu pareja?

Pues deberías empezar por aprender a tener una relación de calidad, más auténtica, más nutritiva y a sentirte mejor contigo mismo.

Deberías tener clara esta premisa.

¡El amor de tu vida eres tú!

La única persona de la que deberías estar enamorado es de tí.

Aprender a ser tu mejor amigo, es el inicio de tu camino para tener relaciones de pareja sanas.

Aprender a cuidar de ti, aprender a tratarte bien, aprender a saber quién eres, que crees, que sientes y que quieres y ser capaz de mostrarte así con el mundo, también con tu pareja.

Solo puedes tener afectivas sanas si previamente has aprendido a relacionarte bien contigo mismo, a honrarte a ti, a saber quién eres, qué quieres, qué sientes y satisfacer tus necesidades por ti mismo.

Solo puedes tener relaciones de pareja saludables, cuando has aprendido a decir lo que piensas, a expresar lo que sientes, a tomar decisiones y actuar de acuerdo con todo ello.

Siendo tu, tu mejor amigo, cuidando de ti, siendo tú, la persona con la que mejor te lo pasas, siendo tú, la persona con la que mejor estás.

Solo puedes tener relaciones interpersonales satisfactorias, si entras en la relación no por necesidad, no por interés, no por obligación, sino para compartir, para cooperar, por conocer, para intentar satisfacer las necesidades de tu pareja, porque tus necesidades has aprendido ya a satisfacer -las, por ti mismo.

Si entras en las relaciones de pareja por necesidad, no podrás vivir ni experimentar una buena relación de pareja, porque si la necesitas, no buscarás satisfacer sus necesidades, sino las tuyas e inconscientemente, encarcelarás a tu pareja.

Vivir buenas relaciones de pareja es un arte y empieza con la relación que tienes contigo.

Sé tú, el amor de tu vida.

Sepas que la mejor manera de amar al otro, la mejor forma de tener relaciones de pareja saludables, es ser capaz de mostrarte tal y como eres, ser capaz de tener el valor de decirle tu verdad, sea cual sea las consecuencias que te lleve esa verdad.

Tendrás una buena relación de pareja cuando te muestras a tu pareja sin máscaras, cuando eres capaz de ser tú, aunque te suponga perderla.

Relaciones interpersonales versus relaciones de pareja

Las relaciones de pareja sanas se construyen desde una autonomía personal previa de sus miembros

Si en una relación de pareja no puedes mostrarte tal y como eres, cambia de relaciones.

Si mostrándote tal y como eres, no eres aceptado (crítica, juicios, discusiones, desaprobaciones), cambia de relaciones.

Una relación de pareja se basa, en que dos personas tengan interés real en comunicarse en profundidad, tengan interés en escuchar, en mostrarse tal y como son y en enriquecerse mutuamente desde la autenticidad mutua.

La mejor forma de relacionarte bien, es entender que no a todo el mundo puedes gustar y que es normal que así sea.

Es más, debes entender también que no a todo el mundo puedes agradar, ni puedes agradar todo el tiempo, ni todo el tiempo que tú tienes de vida.

Entender que la vida es cambio y que adaptarse a él, es la felicidad es aprender a relacionarse bien.

Centrarte en tus proyectos, sueños, aficiones, y gustos e ir por ellos por ti mismo, y en el camino encontrarás a personas como tú, que tienen estos mismos proyectos, sueños, aficiones y gustos, y es con ellos, con los que podrás establecer relaciones de pareja de calidad.

Si quieres vivir una vida feliz, aplícala a un proyecto o a un objetivo, no a personas o cosas.

” Albert Einstein»

Demasiadas veces buscamos relaciones de pareja en el sitio equivocado.

Demasiadas veces nos centramos en las personas, en cambio, de centrarnos en nuestros proyectos y así, al relacionarnos con estas personas con las que nada tenemos en común, nos decepcionamos, cuando la relación es vacía y superficial.

¿TIENES PROBLEMAS EN LAS RELACIONES DE PAREJA?

¿Qué es una relación afectiva sana?

Relacions de parella

Analizamos un poco que es una relación interpersonal en general, para entender mejor todo ello

En que se basa una relación de pareja

Muchas relaciones interpersonales se basan en el interés:

Soy tu amigo, mientras me interese, mientras me conviene.

Otras relaciones interpersonales son por obligación:

En muchas familias ocurre esto, y aquí lo que nos provoca es la culpa si dejamos de relacionarnos.

Otras relaciones interpersonales se construyen desde la necesidad:

Necesito sentirme parte de un grupo, necesito a esta pareja para ser feliz.

Hay muchas relaciones interpersonales que no nos llevarán a felicidad alguna.

Las relaciones interpersonales en las que no nos comunicamos en profundidad.

Las relaciones interpersonales en las que no puedes ser tú mismo.

Relaciones interpersonales en las que la comunicación no es relevante ni importante ni trascendente.

Relaciones interpersonales en las que no hay conexión.

¿Y cuántas veces nos comunicamos sin conexión?

¿Cuántas veces, en cambio, de comunicación solo hay ruido?

Hay relaciones interpersonales que siempre hablan de lo mismo.

Ya sabes lo que dirán y cómo responderán, no te relacionas con una persona única y especial sino con un sistema de creencias prefabricadas sin ninguna esencia vital.

Este tipo de relaciones interpersonales cansan, no aportan nada nuevo y te vacías.

No existe una comunicación real, son relaciones interpersonales donde no se atreven a relacionarse esencialmente.

¿Qué puedes compartir en una relación interpersonal en la que no hay una comunicación real?

¿Qué puedes llevarte de esta relación?

¿No habrías preferido quedarte contigo mismo en casa haciendo otras cosas mejores?

La felicidad está en el interior, pero se multiplica si la compartes con el resto de seres humanos auténticos y esenciales si se atreven a ser ellos mismos y a mostrarse desde su autenticidad.

Muchas personas vivimos una vida donde nos tomamos la vida demasiado en serio y se activa el ego.

Nos vestimos con una máscara, queremos que el otro se lleve una buena imagen de nosotros y con ese miedo y falsedad, la comunicación se diluye en una relación de mentira.

Honrar tu verdad es intentar tener relaciones interpersonales de verdad, pero ¿cuántas veces dos personas se relacionan detrás de esa máscara?

Es muy aburrido relacionarse así.

No nos valoramos por lo que somos y escondemos nuestra parte oscura como si nos avergonzáramos de nosotros mismos, y si no puedes compartir esta parte con tus amigos, no son amigos tuyos.

No nos valoramos por lo que somos y fingimos y al valorarnos así, solo construimos relaciones ficticias, muy educadas, muy asépticas, pero no nos mostramos cómo somos, no confiamos en el otro.

Son relaciones interpersonales sin confianza, son relaciones sin amistad, son relaciones sin aire.

Otras personas temen que les hagan daño y para evitar este dolor, dejan de mostrarse tal y como son.

Y esto significa que te estás relacionando con personas que te dan miedo.

¿Quieres relacionarte con personas a las que temes?

Y así es imposible tener buenas relaciones que sí pueden aportarte cosas buenas.

Si vives con miedo dejarás de relacionarte bien y dejarás de disfrutar y que el otro disfrute de la relación.

Mostrarse auténtico te libera y deberías alejarte de aquellas relaciones que no sean auténticas para ambas partes.

Aprender a estar solo es básico, nos relacionamos muchas veces por miedo a la soledad, por interés, por obligación y deberíamos cuestionarnos, porque nos relacionamos, que nos mueve a relacionarnos y tan mal.

Muchas veces muchos vínculos se basan en ese miedo a la soledad, y por eso nos encontramos con tantas relaciones vacías.

Como establecer relaciones sanas

Convertirse en tu mejor amigo hace que te relaciones de otra manera, no necesitas nada del otro, tú tienes proyectos y aficiones que disfrutas ya por ti mismo y no te relacionas por interés, no te relacionas con miedo, no te relacionas por obligación.

Te relacionas para compartir tu autenticidad con el otro siempre que este otro, quiera conectar contigo de igual manera.

De lo contrario, estás tranquilo y no fuerzas ni te obligas a mantener relaciones pobres y vacías sin conexión.

Y así desde este nuevo paradigma si puedes conectarte con el otro, y así si podrás vivir relaciones de calidad.

La clave es aprender a relacionarte bien contigo para poder relacionarte bien con los demás.

No con muchos, porque muchos no sabrán relacionarse bien contigo.

Si el otro lleva máscara y coraza, no conectará contigo ni tú con el otro.

Aléjate de aquellos con los que no puedas mostrarte auténticamente, con tu parte luminosa y oscura, porque no podrás establecer una conexión.

Y si no puedes conectar, es una pérdida de tiempo, porque la relación será vacía y pobre.

Mejor optar por pasar un buen rato contigo mismo.

Por eso, es tan importante no tener miedo a la soledad.

Aprender a estar bien contigo y aprender a relacionarte desde la autenticidad.

O conectas de verdad o dejas de relacionarte superficialmente y empiezas a gozar de buenas relaciones humanas.

Y si con las personas no quieren mostrarse tal y como son, cambia de relaciones o queda con la mejor relación que nunca tendrás, que es contigo.

Cómo vivir relaciones afectivas más sanas

¿Se pueden vivir buenas relaciones de pareja?

Neurones dibuixades amb intel·ligència artificial

Una vez sabes relacionarte bien contigo mismo, deberías formularte la siguiente pregunta.

Relaciones de pareja

¿Puedo relacionarme bien con otra persona?

¿Tengo la fuerza y la capacidad para aportar cosas buenas al otro?

¿Puedo hacer que ese otro mejore su vida gracias a mis aportaciones?

Si quiero, pero ¿puedo?

¿Puedo relacionarme desde la libertad y no desde la necesidad?

¿Puedo relacionarme desde la generosidad y no desde el interés?

¿Puedo relacionarme desde la libertad y no desde la obligación?

¿Puedo relacionarme desde la autonomía y no desde la necesidad?

Estas son las grandes preguntas que deberías responderte con mucha sinceridad.

Solo podrás vivir relaciones de pareja sanas si realmente no necesitas estas relaciones de pareja, para que puedas estar bien y feliz.

Necesitas previamente haberte trabajado mucho tú y entender y sentir desde un lugar muy íntimo y profundo, que tú no necesitas estas relaciones de pareja, para poder sentirte bien y feliz por ti mismo.

Si necesitas esta relación afectiva, no podrás tener una buena relación de pareja, porque como la necesitas no conseguirás mostrarte cómo tú eres.

Tampoco podrás aceptar de manera inconsciente tal y como es la otra persona y así la conexión no se producirá, no habrá conexión, habrá máscaras, corazas, miedo, necesidad, interés, y no habrá paz.

Si no necesitas esta relación de pareja para ser tu feliz, es señal de que no entras a esta relación por interés, es señal inequívoca de que sabes ser feliz por ti mismo y si sabes tienes mucho que aportar.

En primer lugar, aportarás tu felicidad que te generas por ti mismo.

En segundo lugar, tendrás fuerza y medios para entrar en la vida del otro para mejorarlo.

En tercer lugar, haga lo que haga el otro, serás feliz siempre y respetarás la esencia de la otra persona que podrá mostrar sin miedo ni culpa.

Deberíamos entrar en una relación de pareja con la sana intención de satisfacer las necesidades de los demás, porque de las tuyas ya te ocupas tú.

Entras en las relaciones de pareja a dar.

Has aprendido a cuidar de ti y te sobras.

Entras en las relaciones de pareja a dar, como sabes ser, entras en permitir ser y este es el camino: permitir ser, permitir ser, estimular el ser, animar al ser del otro miembro de la relación.

Este es el camino de las buenas relaciones de pareja, donde te lleven no tiene importancia, porque siempre te llevarán a un buen lugar.

Relacionarse desde la autenticidad, sin miedo a mostrarse, sin miedo a ser y a conectar, no nos relacionamos para tener o para poseer, nos relacionamos para ser y para permitir y estimular a ser y se cierra el círculo.

Relaciones afectivas autenticas y generosas

Como no vas a buscar nada, nada pueden tomarte porque nada quieres poseer, ni tener.

Sales de ti para volver a ti y en el camino has ayudado a que las personas con las que te has relacionado aprendan a ser ellas mismas.

Pero desgraciadamente no lo hacemos así.

No tenemos una buena relación con nosotros mismos, ni sabemos tener buenas relaciones de pareja, ni sabemos alejarnos de relaciones basadas en el interés, la necesidad o la obligación.

En las relaciones de pareja vamos a buscar lo que nos falta y nos quedamos apegados allí, sin darnos cuenta de las necesidades del otro.

Estamos tan centrados en nuestras necesidades que a medida que pasa el tiempo no nos damos cuenta de quién es el otro, que necesita, que quiere, que siente y tampoco tenemos fuerza ni energía ni capacidad en colaborar al crecimiento personal del otro y sufrimos.

Si fuésemos a las relaciones no a buscar, sino a compartir, a cooperar, a ayudar a satisfacer las necesidades del otro, porque de las nuestras ya nos hemos ocupado previamente de satisfacerlas por nosotros mismos, nunca sufriríamos las relaciones de pareja.

Las gozaríamos en cualquier circunstancia en que se transformara la relación, en función de las necesidades de los dos miembros de la relación o nos alejaríamos sin mirar atrás.

Si la relación de pareja no es de verdadera conexión, siempre optaríamos por alejarnos, porque estamos mejor solos que en relaciones vacías, falsas y pobres.

Las relaciones de pareja que vivimos desde el interés son relaciones de pareja condenadas a la mediocridad.

Las relaciones de pareja iniciadas por interés o necesidad, pero no desde la generosidad de mejorar la vida del otro se convertirán en tóxicas.

Una relación de pareja debería ser una relación de generosidad mutua y de verdad y si no puedes sumar en la vida del otro miembro, antes de que ese miembro se aleje, alejarte tú con amor.

Al revés que cómo las vivimos

Sólo tú eres el responsable de las malas relaciones que tienes en tu vida.

Cómo mejorar la relación de pareja

Un cervell humà dibuixat amb intel·ligència artificial

Para tener una buena relación de pareja, es necesario conectar y solo podemos conectar, si nos quitamos las máscaras y las corazas y nos mostramos auténticos y sinceros.

Esta autenticidad nos llevará a conflictos, si, a rupturas, si, a pérdidas, si, pero también nos llevara a la conexión.

Solo podemos tener una buena relación de pareja si no se basa ni en la necesidad, ni en el interés, ni en la obligación.

Necesitamos estar bien con nosotros mismos para salir a los otros a compartir, a cooperar, a participar activamente en satisfacer las necesidades del otro, sin esperar nada a cambio.

Si todo esto se crea, es posible que surjan buenas relaciones de pareja con auténtica conexión, de mutuo crecimiento y satisfactorias.

Pero también estas relaciones de pareja pueden finalizar por muchas razones.

No conectarás con todos.

No nutrirás a todos.

Pero, en cambio, ser motivo de sufrimiento debería ser un motivo de crecimiento y transformar esta relación de pareja que no funcionan, en relaciones filiales, que siempre honren a los dos miembros de la relación.

El único objetivo que deberías tener en tus relaciones, es un que sean amables, en tratar bien y en ser bien tratado.

A veces serán relaciones de pareja.

Y en muchos casos no.

Pero en estos casos, puedes transformar la relacion en una relación amable, filial y para siempre.

Este es el objetivo de todo ello, que esta relación de pareja que ha terminado, honre siempre a los dos miembros de la relación y que respete la evolución propia y personal de las dos autenticidades.

En caso de que esto no sea posible esta nutrición desde la autenticidad, tendremos relaciones temerosas, pobres, tristes y vacías, y en este caso, mejor retirarse a vivir tu propia relación contigo mismo, rodeada de proyectos propios, ilusiones y retos personales, que harán de tu vida una vida rica y llena.

Deberías preferir alejarte de una relación donde no puedas mostrarte auténtica y  no ser valorada y apreciada por ello.

Realmente una mala relación no es posible, si tienes una buena relación contigo mismo, porque no la permitirás en ningún momento.

El problema como siempre, comienza en ti.

Si tú no eres capaz de ser tu mejor amigo, si tú no eres capaz de que contigo sea el mejor sitio donde puedes estar, siempre acabarás en relaciones insatisfactorias, donde solo tú has permitido mantenerte y seguir en ellas.

La vida no se puede manipular.

Lo que eres no lo puedes ni debes manipular.

A quien nutres y a quien no nutres desde tu autenticidad no lo puedes manipular.

Si quien eres, desde tu autenticidad no mejora la vida de tu pareja, deberías alejarte de ella.

Nada puedes hacer más amoroso que alejarte de ella.

Si tu pareja no te acepta, discute contigo, vivís fricciones y desencuentros.

Si tu pareja no es un fluir de respeto, admiración y paz.

Esta pareja no es tu lugar.

Las relaciones de pareja que pueden aportarte muchas satisfacciones, no se basan en la necesidad ni en la obligación ni en el interés propio.

Las relaciones de pareja sanas son relaciones de personas sanas y autónomas que se desean, pero que no se necesitan.

En una relación de pareja sana se habla mucho, pero se discute poco y se grita menos.

Discutir y gritar es violencia.

Y hay violencia porque no hay ni aceptación ni respeto.

No se fluye.

Y esta relación no es para ti, ni para el otro.

Las relaciones de pareja deberían ser relaciones interpersonales basadas en la libertad, en la verdad y en la generosidad de personas que pueden sumar en la vida del otro y sin esperar nada a cambio.

Una relación de pareja es un espacio libre y de paz.

 

Las relaciones interpersonales son experiencias bonitas que deberías poder vivir.

Las relaciones de pareja son las relaciones interpersonales que más satisfacciones o disgustos te van a dar.

Depende de cómo las vivas.

Depende del amor propio que te tengas, no del amor que sientas por tu pareja.

Si las vives desde la necesidad, desde el interés o desde la obligación, las vas a sufrir.

Si las vives desde un sólido amor propio previo, una autonomía emocional y económica y desde la  generosidad ,las vas a disfrutar.

Las relaciones de pareja duran lo que deben durar, nadie puede hacer que duren más o menos, forzarlas solo te traerá sufrimiento.

Tipos de relaciones afectivas

Patrones de comportamiento en una relación afectiva

En función de tus carencias te relacionarás con los demás.

A más amor propio mejores relaciones tendrás.

Y sobre la base de ello, con una pareja te comportarás de acuerdo con uno de los tres patrones siguientes:

Seguirás un patrón de apego evasivo, de apego ansioso o de apego seguro.

Y tu pareja hará lo mismo.

Y seguramente no seguirá el mismo patrón.

En función de este juego, tendréis una relación de pareja sana o tóxica.

A más amor propio más sabrás amar al otro, si no sabes amarte a ti, no sabrás amar al otro.

Los patrones de comportamientos se basan en estilos de apegarse en la relación.

Se llaman evasivos, ansiosos o seguros en función de nuestra autonomía y amor propio.

Además, se complementan.

«La teoría del apego nos habla de los patrones que seguimos en nuestra edad adulta, cuando estamos en pareja».

En que se basa una relación de pareja

Recetas para lidiar con estos patrones que, en una pareja, pueden convertirse en un infierno.

La forma de ser de nuestra pareja o la nuestra, no es más que un patrón de comportamiento y este patrón, si no es sano, nos herirá y disgustará, hasta el punto de causar disputas y acabará por destruir la relación.

Si la forma de ser de nuestra pareja, nos hiere o nos ofende y la forma de ser tú, hiere u ofende, el problema siempre estará en lo poco que sabes amarte.

¿Si no sabes amarte como quieres amar?

Si lo que debería ser una relación de apoyo mutuo, confianza y crecimiento, se convierte en una lucha intermitente, es que como pareja no estáis en el sitio adecuado.

Es debido a patrones de comportamiento que deberíais mejorar.

A la pareja debería irse después de un proceso previo de crecimiento personal.

Pero la gente no lo hace.

La gente no tiene ni idea y va a la pareja como iría alguien que no sabe conducir un coche a pilotar un avión.

 A una pareja se debería ir, con una autonomía personal previa, con un amor propio consolidado y con capacidad real de mejorar la vida del otro sin esperar nada a cambio.

Y la gente va a la pareja a satisfacer vacíos.

Y estos vacíos son precisamente estos patrones de comportamiento que no son buenos para una relación de pareja.

Son los patrones de comportamiento basados en los estilos de apego.

Los estilos de apego

Aunque cada persona es un mundo, esta «manera de ser», tiene unos patrones relacionados, con lo que los expertos llaman: «estilos de apego».

Estos estilos se descubrieron después de la Segunda Guerra Mundial, se consolidaron en torno a los años setenta de siglo XX y todavía no han sido cuestionados.

¿Cuáles son los modelos de apego en la edad adulta?

Independientemente del hecho de que existen grados y matices en estos tres patrones de apego, Los tres estilos de apego son aquellos que diferencian a las personas: seguras, de las evasivas y de las ansiosas.

Los expertos señalan que:

“Lo que sabemos ahora es, que estos modelos de apego, tienen cierta predisposición genética y guardan una relación muy íntima con las memorias emocionales que, de pequeños tuviéramos con el adulto de referencia, aunque a medida que crecemos, también nos influirán, y mucho, las experiencias vividas”.

«Los patrones tienen una base genética y también se relacionan con las memorias emocionales de pequeños y nuestras vivencias de adultos».

Claves para reconocer nuestro patrón o estilo de apego

Podemos aprender a reconocer las claves para reconocer a cuál de los patrones pertenecemos.

A-Las personas evasivas:

Una persona evasiva siempre se justificará y, aunque sufrirá si se da cuenta de que suele evitar los problemas o temas que le resultan dolorosos o complicados, acabará encontrando la manera de evitarlos, desviarlos y justificar su evitación.

En una relación de pareja, suelen ser personas que no quieren comprometerse, que hoy te quieren y mañana se van, y luego vuelven, en un bucle sin fin.

Un patrón totalmente destructivo y dañino.

B-Las personas ansiosas:

Por su parte, una persona ansiosa quizás reconoce que lo es, pero enseguida culpará de su angustia a la actitud de los demás y tenderá a victimizarse.

Son personas que creen que su felicidad está en el otro.

Son las catalogadas como buenas personas, que piensan que ellas son las responsables de la felicidad del otro y el otro es la responsable de su felicidad.

Y en este anhelo de amor romántico, se crean dependencias y relaciones muy tóxicas.

Este modelo suele ser muy común.

Y es normal que se complementen.

Un apego evasivo buscará de manera inconsciente un apego ansioso y a la inversa.

En ambos casos, será muy complicado que estas personas encuentren una solución por sí mismos a un dolor emocional tan profundo, que está tan grabado en ellos, que difícilmente podrán acabar con su malestar, sin ayuda profesional.

C-La persona segura:

Una persona segura no requiere mucha más descripción:

Se relaciona bien con los demás, tiene un sólido amor propio, goza de autonomía emocional y económica y la intimidad no le asusta.

Sabe lo que quiere, es auténtica, y va por ello.

No le genera miedo o inseguridad y no suele generar «apegos», con personas que tengan las dificultades emocionales de los evasivos o los ansiosos.

Solo se vinculan cuando están seguros de que la otra persona estará incondicionalmente, y, con los modelos anteriores, esta seguridad no es posible y, por tanto, la persona segura, si de verdad lo es, no desarrollará una inclinación imposible de materializar.

Este sería el patrón que deberíamos intentar buscar en una pareja, el modelo seguro, este estilo está ahí porque quiere estar, pero sabe irse, sin dependencias, si siente que este ya no es su sitio.

¿Por qué se producen conflictos en las relaciones de pareja?

Los problemas suelen aparecer cuando personas con los modelos de apego no seguros se relacionan como pareja.

Así, la suma de un ansioso con otro ansioso o de un ansioso con un evasivo, dará el tipo de parejas, que podríamos describir como un infierno, en el que ambos piden cada vez más y más en el primer caso, o de perseguir el otro y este otro de alejarse, hasta el cansancio o extenuación, en el segundo.

¿Qué podemos hacer para solucionarlo?

A-Reconocer que uno tiene una dificultad, es un primer paso y la pareja puede ayudarnos a hacernos conscientes de ella.

Darse uno cuenta de que estamos sufriendo demasiado o que generamos situaciones de sufrimiento y que la ansiedad o incapacidad de no afrontar estos hechos, no tiene un origen en lo externo sino en tu interior, que solo tú debes mejorar.

B–Se aconseja no criticar en exceso a estas personas y entender que ellas, son las primeras que sufren, porque no saben cómo solucionar su problema.

C-También es muy importante no intentar justificar sus conductas, ni evitarles los sufrimientos derivados de estas, o quizás nuestra ayuda, pueda resultar contraproducente.

En realidad, aunque ansiosos y evasivos se comportan de forma diferente en pareja, unos demandando y otros escapando, ambos estilos surgen de un patrón emocional de mucha inseguridad, con un origen similar, de una falta de amor propio.

Técnica de la asamblea de la pareja para abordar este problema de relación con las parejas

Una técnica que utilizamos mucho los psicólogos es la llamada asamblea de la pareja y no utilizar la palabra “tú”.

Existen diferentes terapias para abordar los problemas derivados de una construcción de la inclinación, con estas dificultades y cada persona tendrá que encontrar la que más le ayude.

Y, aunque no existen remedios mágicos, los pacientes han tenido muy buenos resultados incorporando una rutina sencilla en su vida.

Lo que llamamos «la asamblea de la pareja» consiste en pactar un rato, cada semana para hablar de los problemas que se tengan.

Este pacto implica que, cada vez que haya un conflicto en la pareja, uno de los miembros o ambos frenarán la discusión inmediata y anotarán este tema, como punto del día o como pendiente para su asamblea.

De esta forma, damos tiempo a que el conflicto se enfríe”.

A continuación, el día señalado, solo hay una regla que es no utilizar la palabra “tú”.

Y al hacerlo obtenemos grandes logros.

Por un lado, el otro no se siente atacado, porque no es lo mismo decir «me molesta que comprometan mi tiempo libre» a decir «me molesta que tú siempre hagas planes sin contar conmigo», por ejemplo.

«Al hablar desde él» yo «y no desde el reproche al otro contribuimos a que nuestras relaciones mejoren, ya que la pareja no se sienta atacada».

Esta comunicación ayudará a que una persona evasiva vea que cualquier tema puede hablarse con calma y que una persona ansiosa vea que el otro le presta atención y se preocupa por su bienestar.

Entender qué patrón es el nuestro y el de nuestra pareja puede ayudarnos y mucho al mejorar la relación de pareja.

Libros que deberías tener en cuenta para poder ser más feliz

Bibliografía

Estos autores me han inspirado para crear este post

  1. Christopher Ryan y Cacilda Jetha ( 2012). EN EL PRINCIPIO ERA EL SEXO: LOS ORIGENES DE LA SEXUALIDAD MODERNA. COMO NOS EMPAREJAMOS Y POR QUE NOS SEPARAMOS. Editorial Paidos Ibérica.

Si tienes poco tiempo aquí tienes un resumen de todo

Las relaciones de pareja

  • Las relaciones interpersonales pueden ser buenas o muy tóxicas, dependerá de tu amor propio y de cómo sepas gestionarlas.
  • La relación interpersonal más compleja es la relación de pareja.
  • Las relaciones maduras son relaciones que han aprendido y mejorado gracias a las experiencias vividas.
  • Las relaciones de pareja si se gestionan correctamente son las que más satisfacciones te darán en la vida, por eso hay que aprender a gestionarlas bien porque no son fáciles de gestionar, necesitas mentores expertos porque solo las sufrirás más que las disfrutarás.
  • Tipos de relaciones de pareja hay como parejas hay en el mundo, cada pareja debería pactar el tipo de relación que sea buena para ella con todos los matices posibles, al igual que no hay una persona igual a otra no debería de haber relación de pareja igual a ninguna otra.
  • Relación sana es aquella en la que puedes ser verdad y por serlo no lo sufres y te sientes aceptada allí.
  • Relaciones afectivas, ya su nombre lo dice, el cariño es su principal motivación, tratar bien a tu pareja como ella quiere ser tratada y si no puedes hacerlo deberías marcharte, es lo que es una relación afectiva, se basan en el cariño, no en lo que tú quieres por tu pareja sino lo que tu pareja necesita.
  • ¿En qué se basa una relación de pareja?, básicamente en la verdad y en la generosidad.

Si sola no puedes, yo te puedo acompañar

No es fácil gestionar bien las relaciones de pareja

Puedes volver a estar bien, si aprendes a gestionar adecuadamente tu mente.

Es posible si haces las cosas bien, si te esfuerzas lo suficiente y tienes un buen mentor a tu lado que te acompañe y te guíe.

Espero que este artículo te ayude a aprender a vivir mejor.

maricarme foto rodona ansietat

Per MariCarme M. Moliné

Psicóloga en Vic

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