El apego ansioso es un vínculo emocional muy fuerte que condiciona la vida de una persona.

El apego ansioso

¿Tienes apego ansioso emocional?

¿Crees que alguien o algo ajeno a ti es tu felicidad?

¿Sientes un vínculo emocional muy fuerte con alguien y condiciona tu vida?

¿Tienes un cariño obsesivo con alguien al que crees querer?

Sufres de apego ansioso cuando crees que alguna persona o algo ajeno a ti, es tu felicidad y sin ello no puedes estar bien.

Suponer que alguna persona o algo ajeno a ti es tu felicidad, es la trampa más grande que te has creído y que te hará sufrir.

Es el apego emocional.

El apego es una afección, es un vínculo emocional muy fuerte, es un cariño obsesivo, es una palabra que nadie utiliza para describir un problema emocional grave, que nos hace sufrir.

El inventor de este concepto fué John Bowlby, él es quien ha creado las bases de esta patología psicológica, que tanto nos hace sufrir.

¿CREES QUE ALGUIEN O ALGO AJENO A TI, ES TU FELICIDAD?

Cómo deshacerse del apego ansioso

Si crees que tu felicidad está en manos de otra persona, si crees que la felicidad tiene nombre de cosa o persona, si crees que tu felicidad está en lo que dice, piensa o hace o deja de hacer otra persona, si crees que tu felicidad está en en poseer algo que deseas, sufres de apego ansioso.

Tu mundo interno está secuestrado y no por nadie ajeno a ti, está secuestrado por ti mismo, por tus creencias que ni son las tuyas ni las has cuestionado.

Pero tú me dirás, eso ya lo sé, ya sé que no puedo poner mi felicidad en unas manos que no son las mías, pero sin darte cuenta lo haces continuamente.

Es como una esclavitud invisible, no eres consciente de lo que haces, supones que no lo haces, pero lo estás haciendo continuamente sin darte cuenta.

¿A medida que te lo vaya contando me dirás, ostras, ostras, ostras y yo que pensaba que era libre?

Creer que la felicidad que quiero y necesito, está en lo que hace, dice o piensa otra persona.

El apego ansioso lo sufre el que lo padece y lo sufre el que es objeto de este apego.

El apego ansioso te hace sentir culpable, si tú eres ese objeto:

Te hace pensar, que eres la felicidad del otro, y que, por tanto, yo soy responsable de la felicidad del otro, es pensar que sin mi cariño, el otro no puede ser feliz.

El apego ansioso anula tu esencia para alcanzar un objetivo que tú crees más elevado:

Me planteo que debo hacer yo, para que esa otra persona que valoro, haga lo que yo necesito que haga, y así, yo, por fin, seré feliz.

El apego ansioso destruye las relaciones.

El que sufre de apego necesita que la otra persona actúe de una determinada manera.

La persona que es foco de este apego, sufre, porque percibe que él es la causa de su posible infelicidad.

El apego ansioso duele a todos los implicados.

 

El apego ansioso te hará sufrir y mucho:

Como yo he interiorizado que soy el responsable de la felicidad del otro, me siento culpable y padezco si el otro no es feliz, y por no sufrir esa culpa, dejo de ser yo, renuncio a quien soy yo, para así facilitar la felicidad del otro.

el cariño obsesivo que confundimos con amor

El apego ansioso, te hace creer que tu felicidad tiene nombre de una persona

Creer que otra persona es la causa de tu felicidad o infelicidad, tiene muchos matices y debes estar atento a todos, hay que estar muy atento.

Creer que algo o alguien es tu felicidad, funciona de la siguiente manera, quiero que entiendas todo el proceso:

Si son otros los que me hacen feliz.

Si necesito que estos otros me quieran, necesito ser una buena persona para estos otros.

Si necesito ser útil para esos otros.

Si me gusta ser necesario.

Si quiero ser atractivo y deseable por estos otros.

Si necesito ser estimulante por estos otros y una vez estos otros me valoren por lo que hago o tengo y así cuando me quieran o me deseen o me necesiten o me valoren, por fin, yo seré feliz.

El apego ansioso es una de las variedades más habituales y más tóxicas de vínculo emocional tóxico.

Y es aquí en este intento por ser “estimable, deseable o útil” cuando te diluyes en un personaje que no eres tú, renuncias a tu auténtico tú, a tu esencia, por agradar a otro, y aquí es cuando en un intento erróneo para ser feliz, abres la puerta a tu infelicidad de par en par.

Un vínculo emocional muy fuerte con tu pareja.

Este es el proceso principal, poner la responsabilidad de tu felicidad en los demás, pero esta creencia también tiene una creencia que se complementa igual o más tóxica que la anterior y que es la siguiente:

Si los demás tienen la responsabilidad de hacerme feliz, yo soy responsable de la felicidad de los demás, porque al igual que yo necesito la aprobación de los demás para ser feliz, los demás nunca podrán ser felices sin mi aprobación.

Los efectos del apego ansioso tienes las dos caras de la misma moneda.

Sufrirás doble.

Sufrirás por aquellos que necesitas para ser tu feliz, cuando no hacen lo que quieres.

Sufrirás por aquellos que te necesitan para ser ellos felices y cuando te pises a ti, para que ellos lo sean.

Asumir la responsabilidad de la felicidad de los demás, es una trampa donde tú solito has caído, pero como los demás te exigen continuamente, saber cómo cambiar tus creencias limitantes, puede ayudarte a comprender la toxicidad del apego que en muchos casos confundimos por amor.

Asumir la responsabilidad de la felicidad de los demás, te supone sentirte culpable si no lo logras, y para sentirte bien, te olvidas a menudo de ti, te olvidas de tus necesidades, dejas de priorizarte.

Creer que alguien es responsable de tu felicidad te hará sufrir.

Pensar que eres el responsable de la felicidad de alguien, te hará sufrir.

Quien sufre apego ansioso, sufre el apego ansioso en sus dos vertientes, la activa y la pasiva.

 

Cuando tenemos la obsesión de que el otro es la causa de nuestra felicidad

El apego ansioso y su relación con la baja autoestima

Ya empezamos de pequeños así.

Tu padre sabe y siente que la felicidad de su hijo está en sus manos, porque su hijo es pequeño e indefenso y está bien que así sea.

Y el hijo crece con lo que ve a su alrededor, esta responsabilidad de que la felicidad de los seres que amas depende de ti.

Y te confundes.

Cuidar de seres indefensos es natural y sano, pero deja de serlo cuando no sabemos ponerle fin.

Estas creencias iniciales necesarias no se paran nunca y las complicamos y alargamos entre generaciones, entre hermanos, entre hijos y padres, entre miembros de la pareja, en un cúmulo de responsabilidades, exigencias y expectativas que rompe el equilibrio personal en mil pedacitos.

Los hijos esperan que sus padres les den la felicidad que ellos son incapaces de encontrar a ninguna parte, y a medida que crecen esperan más y más.

Los padres a medida que envejecen, esperan eso mismo de los hijos que han criado.

Y esta manera de vivir la ampliamos a todo nuestro mundo de relaciones emocionales, sin tener en cuenta su origen y su función real.

La función original era que un niño pequeño e indefenso sobreviviese, nada más que eso.

Y la misma expectativa la duplicamos en los hijos, en la pareja, en los amigos y en nuestras relaciones.

Queda grabado a fuego en nuestro inconsciente colectivo, que somos la felicidad de los demás y que los otros son la fuente de tu felicidad.

Ni siquiera nos hemos planteado que llega un momento, cuando eres adulto, alrededor de los 23 años, que deberías superar este vínculo inicial y revertir el foco y darte cuenta de que solo uno mismo se puede dar esa felicidad que tanto esperas.

Pero no lo hacemos, todos acabamos sufriendo porque ponemos el foco en el único sitio donde nunca encontraremos la paz que es hacia los demás.

CREES QUE OTRA PERSONA ES TU FELICIDAD PERO TAMBIÉN CREES QUE TÚ ERES LA FELICIDAD DE OTRA PERSONA

El apego ansioso, te hace sentir que tienes un vínculo emocional muy fuerte con otra persona

Apego ansiós

Nos están empujando a creer que si no soy una buena persona, si no soy útil, si no soy atractivo, si no soy, etc., no me amarán y si no me quieren, no voy a ser feliz.

Y si no soy buena persona para los demás, no serán felices y si no son felices, por mi culpa, qué mala persona soy.

Pero…

¿Y quién eres tú en realidad?

Estas creencias, solo nos llevan a olvidarnos de nosotros mismos, nos olvidamos de nosotros, de lo que realmente necesitamos, de quiénes somos, de lo que sentimos, de lo que pensamos.

Perdemos nuestra autenticidad, todo el mundo pierde su autenticidad y esto lleva a la perversión de las relaciones humanas y personales y así nos va:

Creer que el otro es tu felicidad nos lleva al apego, el apego, nos lleva al sufrimiento y el sufrimiento nos lleva a la destrucción de lo único que tiene sentido, la paz, la alegría y el bienestar.

Nos han puesto en una ratonera de la que es muy difícil salir, a todos nos pasa, el trabajo es encontrar el camino de salida.

Pensar que los demás son los responsables de tu felicidad y, por tanto, yo soy el responsable de la felicidad de los demás es muy tóxico.

Yo necesito a los demás y los demás me necesitan a mí, y por eso debo ser bueno, no por mí, sino por el otro, debo conseguir la aprobación no de mí, sino del otro, y así me amarán y así por fin podré ser feliz.

Y a la inversa pero peor.

Soy el responsable de la felicidad del otro, como el otro es responsable de la mía, por tanto, si no la valoro, no la admiro, no la deseo, no será feliz, y con el fin de no sentirme culpable y mala persona, antepongo la felicidad del otro a la mía.

Es un bucle sin salida posible.

Es una trampa mental de la que no te das cuenta.

¿Te das cuenta de que es necesario cambiar radicalmente el paradigma de lo que hemos creído que era el buen amor?

El apego ansioso se supera con la acción correcta.

Del «otro es tu felicidad» a «nadie puede hacerte feliz más que tú»

Debemos pasar de la creencia del apego a la creencia del «desapego».

De creer que la felicidad me la dan los demás a yo soy el único responsable de mi felicidad y los demás de la suya.

Es hora de cambiar de dirección, es hora de hacer un nuevo camino, hasta ahora has ido hacia fuera y has sufrido, ahora, deberías haber visto, que era un camino equivocado, por los resultados que has vivido y probar nuevos senderos, es hora de encontrar la paz en el único sitio que está, dentro de ti.

Y los demás dentro de ellos.

El cariño incondicional te lleva a sufrir las relaciones

¿Cómo superar el apego ansioso?

Ver a una persona a nuestro lado sufriendo es triste, pero este sufrimiento solo puede resolverlo la persona que está sufriendo.

Si tú, para evitar que el otro sufra, renuncias a tu bienestar para favorecer el bienestar del otro, no arreglarás nada y lo empeorarás todo.

Estás potenciando en el otro que la creencia del apego es cierta.

Estás aliviando puntualmente un problema del otro, pero no estás ayudando en nada a que deje de mirar hacia fuera y empiece a mirar hacia adentro, le estás perpetuando en el otro su dependencia, no le estás ayudando.

Creer que tú eres la felicidad del otro te aleja de ti, tapa la voz que te dice lo que tú necesitas, te anulas, no te priorizas ni te cuidas.

Pensar que los demás son tu felicidad tiene el mismo efecto, pero los personajes se intercambian.

¿Te das cuenta?

Si opinas que los demás son tu felicidad sufrirás.

Sin embargo, también creerás que tú eres la felicidad de los demás y sufrirás más.

No hay salida a no ser que rompas la creencia inicial.

 

De manera inconsciente sabes que el otro cree que su felicidad está en lo que tú hagas, digas o pienses y tú, demasiado a menudo, renuncias a tus valores y prioridades, para no sentirte culpable, saber que es la culpa en psicología te puede ayudar a comprender la inutilidad de esa conducta que creías correcta.

Y cuando tú te sientes responsable de la felicidad del otro, cuando el otro no hace lo mismo hacia ti, te perturbas, culpas, tienes expectativas y sufres.

EL APEGO DESTRUYE TU CAPACIDAD DE AMARTE BIEN A TI Y DE AMAR BIEN A LOS DEMÁS.

El apego ansioso en la pareja

Si tú quieres a alguien porque lo necesitas para ser feliz tú, es imposible que ames bien a esa persona, porque necesitas algo de ella, lo manipularás y controlarás, inconscientemente sí, con las mejores intenciones sí, pero lo harás y el otro sufrirá.

Querer es no necesitar que alguien te haga feliz ni sentir que tú eres responsable de la felicidad de ese otro, porque te atrapas, te acorralas, te corrompes y de paso corrompes la relación.

Tienes que encontrar lo que necesitas para ser feliz en tu interior.

Si no necesitas nada fuera, nada que haga nadie, no dependerás de nadie y si no dependes de nadie, podrás querer bien.

Puedes compartir tu felicidad con alguien que también sabe creársela en su interior y aquí está la magia, eso es amar.

Los vínculos emocionales muy fuertes te harán sufrir siempre:

Sufrimos cuando creemos que la felicidad que necesitamos es otra persona y no la tenemos.

Sufrimos cuando la tenemos porque sufrimos por miedo a perderlo.

El apego te lleva siempre al sufrimiento.

Las relaciones deberían ser mucho más ligeras, sin tantas promesas, juramentos, compromisos.

Deberían ser fáciles, alegres y ligeras.

De fácil salirse de ellas, sin dramas.

El apego evita todo eso.


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Inseguridad emocional

El cariño obsesivo

Un cervell humà dibuixat amb intel·ligència artificial

Todo lo que el apego obsesivo te resta:

El apego te hace sufrir porque haces lo imposible para que esta pareja soñada por fin te ame y en el camino te has maltratado, renunciado y diluido y una vez la tienes, sufres por miedo a perderla.

El apego te hace sentir ansiedad y tensión, nos aferramos a personas, trabajos y cosas.

Te conviertes en una persona egocéntrica, todo el día pensando en ti, en el tuyo, en lo que tú quieres, en lo que tú necesitas, en lo que tú deseas.

Te conviertes en un ser reactivo, con aquellos que no hacen lo que tú quieres que hagan, para que los controles y critiques.

Reaccionas frente a la realidad con frustración, te perturbas y culpas al otro, o al mundo de tu infelicidad.

Te conviertes en celoso, posesivo y miedoso.

Te conviertes en controlador del otro.

No hay amor en tu relación, donde no hay libertad ni confianza no hay amor, solo hay dependencia y miedo, disfrazada de amor.

Tu argumento inconsciente es: tú me perteneces porque tu libertad pone en riesgo mi felicidad.

Te convierte en una persona sobre protectora, porque sabes que tu felicidad está en otras personas y las intentas encarcelar en una jaula de oro y genera el efecto contrario al que tú pretendes y alejas a las personas de tu lado.

El apego acorrala a la otra persona y la agobia.

Ser la causa de la felicidad de alguien es una carga muy pesada, no la deseo a nadie.

El apego acaba ahogando la relación y todos en ella.

El apego te convierte en dependiente y ansioso, mendigando, suplicando, manipulando con el victimismo, el miedo, la culpa.

El apego te convierte en miedoso y paranoico y por miedo a perder la fuente de tu felicidad, acabas dejando de hacer cosas, acabas viendo peligros en todas partes, enemigos por todas partes, sufrimientos imaginarios por todas partes.

A más apego, más miedo.

Cuando crees firmemente que esa persona o cosa es imprescindible para tu felicidad, dejas de confiar en ti mismo, y pierdes la esperanza en la vida.

El apego es el camino directo a la depresión y a la muerte en vida.

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ES EL MOMENTO DE LA FELICIDAD ES EL MOMENTO DEL DESAPEGO

Aferrarse emocionalmente a alguien es sufrir.

No puede haber amor donde solo hay necesidad, miedo, baja autoestima  y dependencia.

El amor es libertad y autenticidad que lleve a la felicidad mutua, la necesidad es lo opuesto.

Es entender, es saber, es creer que nada ni nadie te puede dar la auténtica felicidad, que te quieran puede ser maravilloso, pero no dependes de ese cariño por ser, tu feliz.

Es pensar que puedo ser feliz contigo, pero puedo ser feliz sin ti.

Es sentir, me encanta estar contigo, pero no eres mi felicidad.

Es decir, quiero compartir mi vida contigo; sin embargo, no te necesito para ser feliz.

El apego emocional y sus síntomas.

Si veo que cooperamos en una relación de crecimiento mutuo, me encantará compartir mi vida contigo y seré feliz y si veo que no es así, te diré adiós y tendré la certeza de que tanto tú como yo seremos felices igualmente.

La palabra amor ha sido la palabra más maltratada de la historia de la humanidad.

Si hay necesidad, hay dependencia, te necesito para ser feliz y eso no es que no sea amor, es lo opuesto al amor.

Hasta que no comprendas, que nunca nadie te ha hecho sufrir ni te ha hecho feliz.

Hasta que no comprendas que no necesitas a nadie para ser feliz.

Hasta que no entiendas, que no tienes que hacer nada para ser feliz.

No has entendido nada y seguirás sufriendo y potenciando el sufrimiento en tus relaciones.

Tienes que dejar de poner puertas en el campo.

Libérate de necesidades y te vas a liberar de dependencias.

Cuando te liberes de dependencias llegará la libertad y en ella la autenticidad y con la autenticidad, la felicidad.

Y si eres capaz de compartir la felicidad con alguien auténtico y libre como tú, aquí es donde se crea el amor que merece la pena ser vivido, lo demás son sucedáneos.

El cariño obsesivo y sus consecuencias

El apego ansioso a una persona en concreto

Tal como te tratas a ti mismo, tratarás a los demás, tal y como te trates a ti, te tratarán a los demás.

Cuando entiendes esto dejas de ser un ignorante.

Cuando entiendes esto, dejas de tener creencias erróneas.

Dejas de tener miedo, dependencia y expectativas.

Eres libre, eres auténtico y eres feliz.

Da igual lo que hagan los demás, las expectativas ya no existen en tu paradigma mental, lo que hagan los demás no te afecta.

No necesitas que hagan nada más que desarrollar su propia autenticidad.

Tú ya no necesitas a una persona o algo para ser feliz, pero tampoco haces feliz a nadie, no puedes, aunque quisieras no puedes.

Ahora has entendido por fin que hacer feliz a otro es no interferir, es como mucho acompañar sin juzgar y aceptar su propio proceso de aprendizaje.

Y ahora sabes que potenciar su dependencia, es potenciar sus creencias erróneas, es seguir en un cuento falso que no es cierto y termina diluyéndose en la auténtica realidad.

El apego patológico.

¿Qué quieres?

¿Vivir una actuación o vivir una vida auténtica?

Deja de hacer teatro y vive una vida.

No se trata de ser buena persona, porque así el otro me amará y así seré feliz, no hace falta, sáltate este punto y ve directamente a la felicidad a través de la autenticidad y la libertad.

Nada libera tanto a los demás como que tú seas libre y no tengan que ser responsables de tu felicidad.

Basta de buenas personas, lo que quiero son personas valientes, felices, autónomas y libres.

Nadie te da nada, pero tú tampoco necesitas nada, tú no das nada, pero tampoco nadie necesita nada tuyo.

Tienes que realizar un cambio en la dirección de tu mirada.

Deja de querer comprender a los demás, aprende a comprenderte a ti y comprendiéndote a ti, comprenderás a los demás.

Mira hacia dentro de ti y no hacia afuera.

Te hablarás diferente, porque piensas diferente y sobre todo aprenderás a tratarte a ti mismo con respeto y consideración, tal y como te tratas a ti tratarás a los demás y esto es un buen comienzo.

¿Quieres amar bien a los demás?

¿Cómo liberarse del apego ansioso?

Neurones dibuixades amb intel·ligència artificial

Empieza por aprender a quererte bien a ti mismo,

Si asumes tú, la responsabilidad de tu vida, dejas de cargar sobre los demás la responsabilidad de tu felicidad, y eso ya es amar y mucho a los demás.

Empieza por tratarte bien a ti, priorizándote a ti antes que a nadie.

No es empezar por uno mismo para acabar en uno mismo, sino empezar en uno mismo, pero no acabar en uno mismo.

Aprende a diferenciar el «querer, del hecho de amar»

La emoción «querer, te quiero» nace de una carencia, nace de pensar en ti primero.

Va de fuera a dentro, necesito algo de ti, y por eso te quiero.

Quiero obtener algo de ti y me lo darás a las buenas o malas (manipulación, victimismo, etc.), todo muy sutil, todo muy camuflado de buenas intenciones, pero destruye a las personas y a las relaciones que se basan en el «querer».

«Amar» es lo contrario a «querer».

Va de dentro afuera, te quiero, te respeto, te acepto y por eso no te necesito.

Te quiero libre, por eso te quiero.

No quiero nada de ti, solo deseo tu libertad.

Solo quiero tu autenticidad, porque sé que aquí reside tu felicidad.

Y si esa libertad te lleva a compartir tu vida conmigo, será genial y si te lleva a otro sitio, será genial también.

No quiero nada para mí de ti, porque no necesito nada de ti.

Solo quiero para ti, aquello que te dé paz, amar así te llena y te hace feliz.

Es como liberar a un animalito salvaje en el bosque, es esa sensación, eres feliz porque lo ves correr feliz hacia su libertad.

«Querer» es lo contrario, es coger este animalito salvaje y ponerlo en una jaula en tu casa para que te haga compañía, eso sí, le dices que le quieres mucho y lo alimentas para que no se muera y le limpias la jaula, pero lo tienes esclavizado, prisionero, esto es el «querer».

¿Eso es lo que tú quieres en tu vida?

¿Y CÓMO AMAR BIEN Desde EL DESAPEGO?

El apego ansioso, es tóxico

¿Y cómo amar bien, desde el desapego?

¿Qué amor podemos dar, si no sabemos querernos a nosotros mismos primero?

¿Qué amor podemos dar, si no sabemos ser felices por nosotros mismos?

¿Qué amor podemos dar, si no sé ni quién soy realmente?

¿Por qué me he pasado la vida intentando agradar, para que me quieran y así poder ser feliz?

Si no sé quién soy, porque he preferido ser un personaje a aceptar a mi yo real.

¿Si he preferido que me quieran por lo que no soy, a vivir con la duda de si alguien me amará por lo que soy realmente?

Es fácil identificar el amor, porque detrás está siempre la felicidad.

Si no hay felicidad, no existe amor.

El apego emocional a la pareja

¿Qué sencillo, y, sin embargo, cuántos argumentos y justificaciones nos damos y damos por camuflar un amor que no es real?

Nos pasamos la vida deseando cosas que no tenemos y no entendemos que si no lo tienes, es que no lo necesitas para ser feliz.

Si no eres feliz con lo que tienes ahora, tampoco serás feliz cuando tengas lo que crees necesitar y que ahora no tienes.

Hasta que no entiendas que la felicidad no se trata de tener o no, sino de ser, no has entendido nada.

La felicidad del hecho de tener, si la tengo seré feliz, no lleva a ninguna parte.

El apego, nunca te llevará a la felicidad real, te anularás tú para producir un personaje que al otro le guste, para que te ame y así tú puedes ser feliz y en el camino te habrás perdido a ti.

Si el otro te quiere, sufrirás para no perderlo y si no te quiere sufrirás, porque lo necesitas para ser feliz.

Además, le pasas al otro la responsabilidad sobre tu felicidad, responsabilidad demasiado grande para nadie.

Y si él, se la cree, se sentirá culpable si no te hace feliz y por hacerte feliz a ti, igual también debe renunciar a él, con el que también creas infelicidad en el otro, en un baile de máscaras y desaciertos, que lleva a la infelicidad de todos.

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¿QUÉ TE PERMITE HACER CON TU VIDA EL "DESAPEGO"?

Los vínculos emocionales demasiado fuertes y cómo gestionarlos

El desapego ansioso te permite entender que si alguien te trata mal o no hace lo que tú te gustarías que hiciera, ya no te perturbarás ni reaccionarás mal nunca más.

Con el desapego ansioso, entenderás que es el otro, el que tiene el problema.

Con el desapego, entenderás que interferir es evitar un dolor que el otro necesita para desapegarse de sus necesidades inventadas.

Es el otro el ignorante, es el otro el que tiene un trauma no resuelto, es el otro el que necesita que tú hagas una cosa u otro para encontrar él su paz, es el otro el que está apegado, pero tú ya no lo estás, ahora tú eres libre, invencible, feliz, ya nunca nadie te puede hacer daño nunca más.

El despego ansioso te hace entender que no puedes ayudar ni interferir en este otro en su propio proceso de aprendizaje, tú ahora solo eres un maestro para él, si el otro se perturba ante ti, gracias a esta perturbación, gracias a este sufrimiento, el otro puede aprender el desapego, si está preparado.

Como no necesitas nada de nadie ya no te perturbas, ni te frustras, ni odias, ni exiges, no te decepcionas, no reaccionas, no culpas, no te haces daño a ti.

Nunca más creerás que la vida es injusta ni que no vale la pena ser vivida, eliminarás de tu interior todo odio, todo reproche y encontrarás la paz dentro de ti.

Cada vez que te sientas agredido, traicionado, o decepcionado, la mejor defensa, no es un buen ataque, sino no sentirse atacado.

El apego en adultos

Cuando prácticas lo desapego sientes que los demás no tienen ningún poder sobre ti, ni sobre tu felicidad.

El desapego te hace entender que tu paz, no depende de cómo se comportan los demás, ni los traumas que arrastran, ni la ignorancia que tienen.

El desapego te hace entender que tu felicidad no depende de lo que hacen o no hacen los demás, sino que solo depende de tu actitud, de tus creencias, que te permiten afrontar una circunstancia, ya nunca más desde la necesidad, sino desde la autonomía.

Y a la inversa, jamás te sentirás culpable de nada.

Nunca más te sentirás responsable de la felicidad de nadie.

Nunca más te maltratarás con la culpa, con la sensación de fracaso y con el remordimiento.

Has entendido que tú no eres responsable de la felicidad de nadie, como nadie lo es de la tuya y la paz inundará tu vida.

Si prácticas lo desapego, dejarás de vivir obsesionado por la imagen que das a los demás.

El desapego te permite aceptar tu autenticidad, vuelves a tu origen, ya no tienes que ponerte ningún disfraz, ni careta, te puedes mostrar tal y como eres, porque no necesitas nada de nadie.

Y no veas la sensación de libertad que tendrás, y esa libertad te permitirá ser auténtica sin necesitar la aprobación de nadie y esa autenticidad te llevará a la felicidad, y curiosamente esa felicidad auténtica es muy atractiva.

Nada es más atractivo que una persona feliz y auténtica sin miedo a mostrarse tal y como es y sin que necesite nada de ti.

Nada es más inspirador, más sexy, más atractivo, con más carisma, que una persona sin miedo ni necesidad.

Vivir en el desapego, es la mejor manera de poder conservar lo que sí es bueno para ti.

Lo valorarás mientras los tienes.

No asfixiarás tus relaciones con necesidades y exigencias absurdas.

Esto te permitirá disfrutarlas el máximo tiempo posible y cuando se marchen, si se marchan, agradecerás el tiempo pasado y seguirás tu camino de felicidad, contigo o con otros viajeros libres y felices como tú.
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VIVIR EN EL DESAPEGO ES VIVIR EN LA FELICIDAD, VIVIR EN EL "APEGO" ES SUFRIMIENTO ASEGURADO.

El apego ansioso en psicoterapia

Hasta que no entiendas, que la felicidad está en ti, si eres capaz de saber cómo extraerla.

Hasta que no comprendas, que tienes siempre todo lo que necesitas para ser feliz, porque lo que no tienes no lo necesitas.

Hasta que no comprendas, que si necesitaras lo que no tienes para ser feliz, solo te llevaría a más sufrimiento.

No has entendido las reglas de la vida, el juego de la vida.

La vida no funciona como tú quieres, funciona mejor, lo que ocurre es que no entiendes todavía su maravilloso funcionamiento.

Lo que necesitas, es lo que tienes aquí y ahora, lo que vives aquí y ahora, lo que tienes ahora en tu vida es lo que necesitas para ser feliz y solo empiezas a sufrir, cuando quieres cosas que no tienes ahora.

Sufrirás por desearlo, sufrirás cuando lo tengas por miedo a perderlo y sufrirás cuando lo pierdas y vivirás siempre en un bucle de sufrimiento sin fin.

Soy infeliz porque no tengo esto, soy infeliz porque lo tengo y tengo miedo a perderlo, soy infeliz porque lo he perdido, soy infeliz porque no tengo lo que necesito para ser feliz y seguimos…

El apego inseguro

Las personas que son felices, son aquellas que están a gusto con lo que tienen en cada momento.

Las personas que son felices, les gustaría tener otras cosas o más, pero no las necesitan, si las tienen genial y, sino también, no se aferran al resultado de sus deseos, viven con lo que tienen porque saben que no necesitan más, para ser felices.

Aprender a ser feliz por uno mismo sin necesitar que algo o alguien sea su felicidad, es un camino largo y duro, no es fácil, pero es el camino hacia la felicidad real.

Sentirse solo es estar “pegado” a los demás, es necesitar a los demás cerca para ser feliz, estar solo es diferente, estás solo, pero eres feliz, no necesitas a los demás para ser feliz.

Cuando aprendes a ser feliz por ti mismo, nunca más te sentirás solo, puedes estar solo, sí; sin embargo, la soledad será tu amiga, con ella te sentirás bien y a gusto porque todo lo que necesitas para ser feliz, has aprendido y sabes, que está en dentro de ti.

Cuando aprendes a vivir sin apego, entiendes al fin que nunca nadie, te ha hecho sufrir.

Cuando aprendes a vivir sin apego, has aprendido que nadie tiene ningún poder sobre ti.

El desapego te permite experimentar que solo te perturbas a ti mismo.

No necesitas que alguien haga o no haga algo, para que tú seas feliz.

Entiendes al fin la real causa de tu sufrimiento.

Has entendido que no es lo que hacen los demás, sino tus expectativas, tu necesidad de que el otro haga lo que necesitas para ser tu feliz.

Cuando dejas de necesitar que el otro te haga feliz, al mismo tiempo, también ves que al igual que no necesitas que nadie te haga feliz, nadie puede hacerte infeliz a menos que tú lo permitas activando tu apego.

Una vez prácticas el desapego, no solo aprendes a ser feliz por ti mismo, sino que ya nadie te puede hacer daño nunca más, porque les quitas el poder, que les habías dado, tan inconscientemente con el apego.

Si alguien te trata ma,l sabes que nada tiene que ver contigo, ni con tu valía, sino con los problemas, carencias e ignorancia del otro.

Has aprendido que los demás no te ven cómo tú eres, sino cómo son ellos.

Terapia para mejorar el apego ansioso

Las personas que dependen de lo que tú hagas para poder ser felices no te aman, solo te necesitan y esto no es amor.

Amar es dejar al otro ser lo que es.

Amar es potenciar en el otro lo que es, en su máxima expresión y solo se puede hacer desde el desapego.

Comprender que la vida, no te da lo que tú quieres, sino lo que necesitas para ser feliz.

Comprender que nada es tuyo, que no necesitas nada, y así te conviertes en parte de todo.

Aquí es cuando comienza la transformación.

Cuando no necesitas más que lo que tienes para sentirte en paz y mucho menos, necesitas algo externo a ti para sentirte bien, empiezas a sentirte bien contigo mismo.

Empezar a valorar las pequeñas grandes cosas que la vida te regala cada día y no a centrarte en lo que no tienes, sino en lo que sí tienes, se hace la magia.

El desapego te lleva a la autoaceptación, incluso a un nivel mucho más profundo del que imaginas.

Aceptar tu sufrimiento sin dolor.

Si eres capaz de «despegarte» de esa sensación de dolor

Si eres capaz incluso en aquellos momentos que te sientas vacía y triste, saber despegarte de esa sensación, de esa idea.

Si eres capaz de contemplarla, sin querer cambiarla, como una observadora de lo que tú sientes, sin querer sentir otra cosa.

Vale, me siento triste y vacía y no pasa nada, no quiero cambiar esto tampoco, no necesito sentir otra cosa para encontrar la paz.

Cuando incluso en el sufrimiento puedes estar bien y sin sufrir, has llegado al final de tu camino hacia ti.

Cuando vives desde el apego, cuando estás deprimido sufres, y luchas por superar la depresión, no la aceptas.

Una vez has aprendido el poder del desapego, puedes sentirte triste y vacío, puedes estar viviendo una depresión, pero ahora la comprendes, la aceptas y no necesitas dejar de estar deprimido para ser feliz, dejas que la depresión siga su curso, sabes que todo tiene un inicio y un final y no interfieres en el proceso.

No quieres que la situación sea diferente, no quieres ni necesitas que nada sea diferente a lo que es, ni tú, no los demás, ni la vida, ni las circunstancias que te toque vivir en cada momento.

Una vez prácticas lo desapego en su máxima amplitud, has entendido lo que es la libertad, lo que es la autenticidad, lo que es la aceptación, lo que es el perdón, lo que es el auto respeto, lo que es la paz y los que es la felicidad.

Si tienes poco tiempo, aquí tienes un resumen

¿Cómo dejar de sufrir vínculos obsesivos?

Apego ansioso, es un vínculo emocional demasiado fuerte, que te llevará a un cariño obsesivo, y a un interés desorganizado para que el otro actúe de una determinada manera y si no lo hace, sufrirás.

Es una manía de creer, que eso, que solo es manipulación, victimismo y dependencia, es amor.

Las personas aferradas piensan que aman mucho y que es un amor bueno.

Es una manía.

Es una locura.

Es un vínculo tóxico que solo lleva al sufrimiento.

Es una especie de devoción, de inclinación a una persona mortal libre y que puede cambiar de opinión mañana mismo y a ella le permitimos que sea la responsable de nuestra felicidad.

El apego ansioso es una locura totalmente institucionalizada en nuestra sociedad y nos han vendido que es un modelo sano y asumido.

Aferrarse, sentirse apegado, a alguna persona puede parecer muy bonito, sí, pero es el inicio de un sufrimiento sin fin.

Si sola no puedes, yo te puedo acompañar

No es fácil gestionar los vínculos afectivos

Puedes volver a estar bien, si aprendes a gestionar adecuadamente tu mente.

Es posible, si haces las cosas bien, si te esfuerzas lo suficiente y tienes un buen mentor a tu lado que te acompañe y te guíe.

Espero que este artículo te ayude a aprender a vivir mejor.

maricarme foto rodona ansietat

Por MariCarme M. Moliné

Psicóloga en Vic

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